El lema, aseguran simpatizantes y adherentes, forma parte del ADN del partido. En el PRO, los jóvenes no sólo militan, también conducen y participan de la construcción política. Francisco Orell (26 años) es un ejemplo de esta abstracción.

Se alistó en las filas del espacio que lidera Mauricio Macri en 2008, cuando la ola amarilla aún no golpeaba con fuerza en Rosario. "Eramos pocos pero nos organizamos rápido", recuerda de aquellos años. Su compromiso se tradujo en un sentido de pertenencia que lo llevó a ocupar sillones codiciados en el mundo de la militancia: fue dos años miembro del Consejo Ejecutivo Nacional de Jóvenes PRO, un cargo que le permitió ganar la experiencia necesaria para conducir a la juventud santafesina.

El apellido Orell figura en el séptimo lugar de la boleta a concejales que el PRO presentará en los comicios del 14 de junio. "Mi madre es docente y mi padre profesional independiente. Vengo de una casa  en la que se ha discutido mucho de política, mi viejo militó en los 70, por lo que siempre se charló de política y economía en las mesas familiares", cuenta sobre los lazos familiares que marcaron a fuego su compromiso social. 

 

 

 

Francisco participó activamente en la vida estudiantil del Normal 1, colegio donde hizo la secundaría, y, ya en la universidad, fue candidato a presidente del centro de estudiantes de la Facultad de Ciencias Económicas de la UNR. La irrupción del PRO como fuerza política lo sedujo desde un comienzo. "No me sentía representado por ninguno de los espacios políticos que existían en Argentina hasta el arribo de Macri a la política. Eso me terminó de convencer de que tenía que participar para cambiar la realidad y que el partido indicado era el PRO", explica.

-¿Imaginabas este presente del PRO santafesino cuando empezaste a militar?

-La verdad que cuando arranqué a militar no imaginaba estar en el 2015 en esta posición disputando la provincia y la ciudad de Rosario con chances muy claras de ganar. La forma de encarar la política es lo que nos catapultó a estar viviendo este presente inimaginado. El crecimiento del PRO es una gran combinación de factores. Escuchamos día a día el desencanto que tiene la población con los partidos tradicionales, que no han sabido o no han podido dar respuestas a las demandas de la gente. Si los políticos de raza hubiesen hecho las cosas como correspondía, personas como Miguel Del Sel o Anita Martínez no se hubiesen involucrado jamás en la política. 

 

-¿Cómo definen al PRO los jóvenes que militan en el espacio?

-Los motes que somos de derecha, neoliberales o que representamos los 90 son chicanas de los mismos que pertenecieron a esos espacios. Todos los que hablan de los 90, fueron dirigentes o funcionarios. Todos ocuparon cargos públicos durante esa década. Tenemos el orgullo de que nuestros dirigentes empezaron a participar en la política después de la crisis del 2001. Los jóvenes del PRO no nos identificamos con los motes del pasado, con la derecha o con la izquierda. Somos jóvenes comprometidos con la realidad que estamos viviendo. Las ideologías vacías no llevan a ningún lado. Nosotros vamos a trabajar por la gente. Entendemos la política como una herramienta para poder ayudar. 

-Los militantes peronistas y socialistas, ubicados históricamente en veredas opuestas, afirman que el PRO es una "cáscara vacía" y que es un partido apolítico. ¿Qué les contestás?

-Es la respuesta de la política tradicional a los que estamos yendo a escuchar a los vecinos, a los que les resolvemos sus problemas. Los partidos históricos de nuestra provincia no han encontrado soluciones. La única respuesta que encuentran a este revés que la gente les está dando en las urnas es a través de la agresión, de la difamación y del ataque permanente. Creen que con estos agravios van a poder seguir enquistados en el poder. Se equivocan. Les recomiendo el camino que a nosotros nos da tanto éxito: escuchar y trabajar por y para la gente.

-¿Están preparados los jóvenes del PRO para ocupar cargos de gestión?

-Es un desafío muy grande. Hace muchos años que nos estamos preparando. Estamos a la altura porque hay una militancia muy madura. Vamos a tener que ocupar lugares trascendentales que nos van a permitir hacer cambios profundos. Este es un espacio íntegramente joven. Vamos a demostrar que podemos gobernar la ciudad y la provincia. Nos gusta este desafío. Sabemos que en los partidos tradicionales a los jóvenes no les dan tanta importancia. Ojalá que después de esta incursión, estos partidos tomen nota y cambien sus formas de hacer política. 

-¿Por qué los sectores populares votan al PRO, si está instalado que es el partido que defiende los intereses de los poderosos?

-Esa es una gran mentira que se intenta instalar. El PRO es el único partido político que se preocupa y ocupa por los sectores más vulnerables. Hay que decirlo con todas las letras: Macri ha sido el único que ha urbanizado y entregado títulos de propiedad en una villa de emergencia. Eso no lo ha hecho ni el peronismo, ni el radicalismo ni el socialismo. Macri sin tantos discursos bonitos, sin tantas banderas que intentan empoderar a los más humildes, trabaja para esa gente. La gestión de Macri en Capital Federal es un claro ejemplo de lo que vamos a hacer en Rosario y en toda la provincia.  No es casualidad que hayamos ganado en todas las seccionales de la ciudad. Según estas visiones erradas, nosotros tendríamos que haber sacado muchos votos en el centro de Rosario. Sin embargo, nuestra mayor fortaleza está puesta en los barrios.   

-¿Sentís que le duele esta realidad al peronismo, un partido ligado de raíz a los sectores populares?

-Espero que les duela y que empiecen a acompañar y a imitar nuestras formas. Han ocupado los espacios de poder durante muchísimos años. Si la gente que antes los acompañaba a ellos en las urnas ahora nos acompaña a nosotros es porque estos sectores políticos los han decepcionado. Se han dedicado a sostener a la gente en la pobreza para tener un gran almohadón repleto de votos pero sin ninguna solución real a los problemas de todos los días.