El ayuno intermitente se convirtió en una rutina de alimentación popular, recomendada por nutricionistas y adeptos a la vida sana; sin embargo, un reciente estudio advirtió sobre los peligros del consumo restringido de comida por períodos extensos. 

Según la investigación, presentada en las Sesiones científicas de epidemiología y prevención estilo de vida y cardiometabólico de 2024 de la Asociación Estadounidense del Corazón, aquellas personas que siguieron un horario de alimentación restringido de 8 horas, un tipo de ayuno intermitente, midieron un riesgo 91% mayor de muerte por enfermedad cardiovascular. Además, las personas con enfermedades cardíacas o cáncer también tenían un mayor riesgo de muerte cardiovascular.

“Restringir el tiempo de alimentación diario a un período corto, como 8 horas por día, ha ganado popularidad en los últimos años como una forma de perder peso y mejorar la salud del corazón”, explica el autor principal del estudio, Victor Wenze Zhong, profesor y presidente del departamento de epidemiología y bioestadística de la Facultad de Medicina de la Universidad Jiao Tong de Shanghai en China. “Sin embargo, se desconocen los efectos a largo plazo de la alimentación con restricción de tiempo, incluido el riesgo de muerte por cualquier causa o enfermedad cardiovascular”.

Para analizar el desayuno intermitente, en este estudio, los investigadores revisaron la información sobre los patrones dietéticos de los participantes en las Encuestas Nacionales de Examen de Salud y Nutrición (NHANES) anual 2003-2018 en comparación con los datos sobre las personas que murieron en los EEUU, desde 2003 hasta diciembre de 2019, de la Base de datos del índice de defunción del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades.

El estudio incluyó aproximadamente 20.000 adultos en los Estados Unidos con una edad promedio de 49 años. Los participantes del estudio fueron seguidos durante una mediana de 8 años y una duración máxima de 17 años. Aproximadamente la mitad de los participantes se identificaron como hombres y la otra mitad como mujeres.

El análisis encontró que las personas que seguían un patrón de comer todos sus alimentos en menos de 8 horas al día tenían un 91% más de riesgo de muerte por enfermedad cardiovascular. Además, entre las personas con enfermedades cardiovasculares existentes, comer durante no menos de 8 pero menos de 10 horas por día también se asoció con un 66% más de riesgo de muerte por enfermedad cardíaca o accidente cerebrovascular. Por otra parte, comer con tiempo restringido no redujo el riesgo general de muerte por cualquier causa. Asimismo, comer en más de 16 horas al día se asoció con un menor riesgo de mortalidad por cáncer entre las personas con cáncer.

“Nos sorprendió descubrir que las personas que seguían un horario de alimentación de 8 horas y con un horario restringido tenían más probabilidades de morir de enfermedades cardiovasculares. Aunque este tipo de dieta ha sido popular debido a sus posibles beneficios a corto plazo, nuestra investigación muestra claramente que, en comparación con un intervalo de tiempo típico para comer de 12 a 16 horas por día, una duración más corta de la comida no se asoció con una vida más larga”, reflexiona Zhong.

“Es crucial que los pacientes, particularmente aquellos con enfermedades cardíacas o cáncer, sean conscientes de la asociación entre un período de alimentación de 8 horas y un mayor riesgo de muerte cardiovascular. Los hallazgos de nuestro estudio alientan un enfoque más cauteloso y personalizado de las recomendaciones dietéticas, asegurando que estén alineadas con el estado de salud de un individuo y la evidencia científica más reciente”, continuó. “Aunque el estudio identificó una asociación entre un período de alimentación de 8 horas y la muerte cardiovascular, esto no significa que comer con un tiempo restringido causara la muerte cardiovascular”, concluye.