Este jueves llega a la cartelera local “Empieza el baile”, tercer largometraje de la realizadora argentina radicada en España Marina Seresesky, que aborda el valor de la amistad a través del tiempo a pesar de los resentimientos añejos, con los protagónicos de Darío Grandinetti y Mercedes Morán, junto a Jorge Marrale.

La directora de “Lo nunca visto” y “La puerta abierta”, contó en una entrevista con la agencia Télam, que el tango, del que es fanática de toda la vida, fue el principal disparador de la película y es el marco para contar una historia de amistad en el tiempo, con “estos personajes que fueron y ya no son”.

Empieza el baile - Tráiler oficial

— ¿Cómo nació el proyecto que te tiene como guionista y directora?

— Marina Seresesky: Yo vivo hace 24 años en España pero antes escuchaba y bailaba tango, entonces allá extrañaba mucho al país y bajé la persiana de todo eso para no sentir la tristeza de la distancia. Pero en un viaje que hice vi una película que tenía tango, y fue como que se me produjo un tsunami y empecé a pensar de que a pesar de la distancia y los años que estoy allá, hay algo de la esencia que está acá y necesito recuperar. De eso se trata la película.

— Qué era lo fundamental a la hora de configurar un relato que habla de la amistad y del pasado en común entre los personajes?

— MS: Era un poco hablar de una historia de amor, pero no solamente romántico, sino que también del amor a la amistad, sobre todo de los momentos, lugares y las personas con las que fuimos felices. También me interesaba contar a personajes que fueron y ya no son, entonces fue unir estas dos cosas y encontrar a estos personajes con una gloria pasada, que estuvieron separados y que vuelven a unirse, me parecía muy atractivo para contar.El tango es como el marco para contar esta historia, aunque no te guste el tango es la identidad de la Argentina, entonces creía que eso tiene que ver a reconectar con algo muy profundo y que a través del viaje de la película, van abriéndose para encontrarse.

— ¿Qué características tienen Darío Grandinetti, Mercedes Morán y Jorge Marrale para que los hayas elegido como protagonistas?

— MS: Yo tengo mucha influencia del cine italiano y hay una película que siempre me gustó mucho que es “Ginger y Fred”, de Federico Fellini, con dos personajes que tienen mucha ternura, pero a la vez son muy patéticos en esto de intentar mantener algo que ya no está, con una cosa que se va desarmando ante tus ojos, así que una vez que tuve escritos los personajes, pensé en Mercedes, Darío y también en Jorge, que por suerte me dijeron que sí, porque tener a ellos tres juntos, que además de ser geniales como actores se conocían mucho, se ve que son amigos de verdad y esa complicidad traspasa la pantalla.

Darío es un actor que vive acá y en España, sabía que iba a entender bien lo que es eso de estar acá y allá, además de la profundidad que tiene como intérprete. Con respecto a Mercedes, qué te puedo decir, es la gran actriz nacional, sobre todo porque sabe estar tan bien entre el tono de comedia y el drama. Y después Marrale, es un actor genial que hace de pegamento entre los protagonistas y aporta una gran ternura a su personaje.