En el equipo de producción de la adaptación al cine de “Un crimen argentino” además de reconocidos actores y productores hubo una alta participación de capital humano rosarino, que silenciosamente trabajó en la preproducción, el rodaje y posproducción de una de las primeras megaproducciones (y primera vez de Warner y HBO) en la historia local, un camino que se empieza a escribir para la ciudad como set de filmaciones que busca un lugar en el mundo del rodaje, una industria millonaria.

El director Lucas Combina estimó que un 80 por ciento del staff técnico es de origen rosarino, y a ello se suma también un enorme porcentaje de proveeduría local y actuaciones de los papeles secundarios y extras. María Elia Rodríguez fue la jefa de producción del film, y precisó en coincidencia con el cálculo de Combina: “Diría que el porcentaje de rosarinos es más del 80 por ciento de las personas que formaron parte de los rodajes, más de 50 personas eran seguro”.

Lo interesante de este aporte es que el productor Juan Pablo Buscarini (Pampa Films) pensó el proyecto de manera federal, ya que el objetivo era descentralizar los recursos humanos y técnicos que en general en este tipo de películas de clase A, con inversiones millonarias, suelen salir de la Capital Federal. La complejidad de la filmación tuvo capítulo aparte en torno a los cuidados porque fue en plena tercera ola de contagios: se realizaban hisopados constantes con listas de personal en un Excel, barbijos y grabaciones con burbujas.

María Elia se acercó a dialogar con Rosarioplus.com junto a una parte representativa de todo el equipo de cineastas rosarinos: Esteban Trivisonno del equipo de dirección, Marianela Menelli, jefa de locaciones y Carolina Cairo en producción de arte. Todos ellos relataron cómo fue trabajar en una producción de mayor escala que lo usual por estos pagos, y todos coincidieron en algo: el desafío de recrear la Rosario de 1980, y puntualmente la escena realizada en el bar Laurak Bat fue el desafío mayor, aunque para cada cual por otra causa (ver apartado).

Los cineastas rosarinos en Un crimen argentino #shorts

En la producción, Menelli se encargó de “dar con cada espacio físico para filmar según las necesidades estéticas y la logística que conllevaron, porque son equipos técnicos y camiones grandes más los actores”. Destacó que esta película es un proyecto que llevó diez años, y “por representar a una época tuvo restricciones estéticas, entonces el tipo de guion y el equipo de actores principales conllevaban exigencias mayores”.

Carolina Cairo destacó: “El equipo de arte nos encargamos de todo lo escenográfico, el mundo material que habitan los personajes. Nos dedicamos a la administración económica y de recursos para el equipo técnico. Esta producción tenía una cantidad de recursos a la que no estamos acostumbrados, y por eso accedimos a mucho, pero eso también conllevó una responsabilidad muy grande que requiere administración y rigurosidad”.

María Elia Rodríguez explicó que “la producción conlleva el contacto y coordinación con proveedores, equipamientos, servicios de traslado, cortes de calle, todo lo necesario para grabar: para que la ciudad esté dispuesta como un set de filmación, contamos con el apoyo de la Municipalidad desde distintas áreas (cultura, transporte para desvíos de colectivos, fiscalización, obras públicas, higiene urbana para mover los contenedores, alumbrado para alguna intervención, parques y paseos), y para ello nos reuníamos semanalmente con las direcciones de áreas. Les llevábamos los requerimientos de por ejemplo despeje de estacionamientos, bicicleteros, contenedores, cortes de calle, bacheos que se realizaban, la asistencia de agentes de control. Filmar en la plaza Montenegro también fue complejo porque estaba con la peatonal San Martin en obras, y pasaba mucha gente que claramente no estaba vestida como en esa época y es difícil controlar”.

En una película de época, la jefa de producción explicó que “es muy riguroso el despliegue, la logística y el control de la imagen es muy grande. En el equipo de producción había una compañera encargada especialmente de conseguir los vehículos de época en buen estado”, ejemplificó. Cabe recordar que Un crimen argentino se filmó en el verano de 2021-2022, y había muchos casos de covid, por lo que se trabajó todos los días con grillas del elenco y extras controlándoles los hisopados. “Requirió mucha coordinación con planillas diarias, pero logramos que no se propaguen los contagios”, resaltó.

Detrás de escena: los cineastas rosarinos que filmaron "Un crimen argentino"

Ayudante de Santa y un equipo federal

Esteban Trivisonno era ayudante de dirección en el equipo y estuvo al pie del cañón de todo lo que Lucas Combina y Juan Pablo Buscarini requirieron: “Fuimos cuatro ayudantes, un montón, y nos encargamos de llevar adelante el plan de rodaje, nuestro estatuto de cada escena que había que filmar por día, y lo que cada una implicaba: corte de calle, niños, animales, objetos. Trabajamos en tiempo anticipado siempre varios días antes sobre lo que se va a rodar, y esta película fue muy demandante. Ya teníamos el guion y los actores luego terminaron de pergeñar con el director al momento de filmar. Nosotros podíamos sugerir cosas sobre éste, y Combina y Buscarini eran muy abiertos a escucharnos, pero respetábamos a rajatablas el guion para llegar a buen puerto”.

En torno a la dirección de Combina en su ópera prima, destacó que fue “un director sobresaliente porque era claro, buena gente y tenaz con sus decisiones. Fue su primera película y aun así bajó claramente las órdenes, y a la vez nos dejaba actuar con nuestra creatividad”. 

El film que estrenó el jueves en los cines del país tuvo técnicos rosarinos y cordobeses, y ese carácter federal le dio un gusto especial, aseguró Trivisonno: “Yo trabajo siempre en Buenos Aires y es otro modo de trabajo. Fue una mezcla muy linda que funcionó bien. Vinieron cabezas de áreas y asistentes de Buenos Aires, y la producción fue cambiando y creciendo, por esto de la postergación de filmar por el encierro de pandemia”.

Recrear una época es costoso, es difícil que se tenga la infraestructura y el acompañamiento: “La estética te obliga a chequear todo. Fue muy valioso ese aporte, y nunca antes se hizo un film así en Rosario, yo lo veo como un antes y un después porque es la primera vez que desembarcan Warner y HBO”.

Y en torno a la rutina de rodajes aseveró: “Nunca tuvimos una jornada tranquila porque nos movíamos de locaciones varias veces, el plan de rodaje fue desafiante y ajustado: filmar en El Mangrullo y volvernos en colectivo para hacer Lavarden y después el Sirio Libanés. No hubo una jornada tranquila, ya el segundo día teníamos Hipódromo, cárcel, tuvimos mucho Company moove. En Buenos Aires se hace una sola por la distancia entre locaciones, y acá todo es más cerca, así que se hacían tres en un día. Nos hemos olvidado extras en el camino, se han olvidado de mí en la oficina, era gracioso. Fue un equipazo con la cabeza de Combina muy solvente y las decisiones jugadas de Buscarini”.

Detrás de escena: los cineastas rosarinos que filmaron "Un crimen argentino"

Laurak Bat, una locación compleja

Como se adelantó, todos los miembros entrevistados del equipo local en la filmación de Un crimen argentino coincidieron unánimes que la filmación de la escena en el bar Laurak Bat, en la esquina de Entre Ríos y Santa Fe fue de las más complejas. Para algunos por el costo previo de acuerdos con el Municipio, para otros por un imprevisto de una manifestación en medio del set, y para la encargada del arte Carolina Cairo, el asunto se complicó cuando debía crear una gigantografía en tiempo récord.

“Una modificación de último momento en la escena del Laurak Bat hizo que debamos tapar una fachada muy grande, y para eso necesitamos crear una gigantografía en solo tres días. Debimos diseñar, mandar a hacer en Buenos Aires y que sea traído e instalado fue una logística en tiempo récord”, aseguró.

Por su parte Marianela Menelli aseguró: “Hubo peatones que nos putearon. La escena fue compleja porque debimos hacer corte de calle en Santa Fe, donde pasan todos los colectivos de la ciudad, y encima ese día coincidía con un reclamo de estudiantes de la Facultad de Humanidades que queda a media cuadra, y tuvimos que resolver con ellos para que se alejaran de la esquina, que por suerte entendieron. Para representar la época no se podía ver la vestimenta de ahora, los barbijos ni los autos que no eran de época”.

María Elia finalmente aseguró: “fue una negociación muy jugada con la Municipalidad encontrar el día indicado, el horario y la cantidad de horas. Debimos dialogar con todos los negocios de alrededor y con el bar. Para la producción fue una de las escenas más complejas por el despliegue que implicaba, y por el tiempo de negociación que nos llevó acordar. Y cuando al fin llegamos al día nos encontramos con la sorpresa del corte de calle que habían hecho los estudiantes, no podíamos creer tanto coordinarlo y encontrarnos con eso. Así que cuando terminamos de filmar no podíamos creer que lo logramos después de tantas trabas y requisitos”.

El equipo técnico completo del film Un crimen argentino

Dirección: Lucas Combina (Córdoba)

Producción: Juan Pablo Buscarini (Rosario)

Dirección de Arte: Catalina Oliva (Capital)                          

Dirección de producción

Micky Buyé (Capital)

Jonathan Daniele (Capital)         

Dirección de Fotografía: Víctor "Kino" González (Capital)                                            

Edición: Pablo Mari (Capital)                                                    

Efectos Visuales Digitales: Juan José Sánchez (Rosario)

Dirección de Sonido: Javier Stavropulos (Capital)                                                        

Diseño de Vestuario: Connie Balduzzi (Capital)

Vestuarista: Laura Perales (Rosario)

Diseño de Maquillaje, Peinado y Efectos Especiales: Magdalena Puibusqué (Capital)

Dirección de Casting: Verónica Souto (Capital)

Jefa de Producción: María Elia Rodríguez (Rosario)

Jefa de Locaciones: Marianela Mennelli (Rosario)

Productor Asociado: José Ignacio Garmendia (Capital)

Asistentes de producción                         

Emilio Elisio (Rosario)

Pamela Carlino (Rosario)

Ulises Zuccari (Capital)

Roxana Bordione (Rosario)

Ayudantes de producción: Natalia Mogianovski (Rosario)

Francisco Alonso (Rosario)

David Páez (Capital)

Aprendiz de producción: Joaquín Sala (Rosario)

Asistentes de dirección

Ignacio Rosselló (Rosario)

Fernando Vivas (Capital)

Continuista: Julia Bastanzo (Rosario)

Primer ayudante de dirección: Esteban Trivisonno (Rosario)

Primera ayudante de dirección: Estefanía Andreotti (Rosario)

Aprendiz de dirección: Hernán Belart (Rosario)

Primer asistente de cámara: Martín Velasco (Córdoba)

Segundos asistentes de cámara:

Luciano Barrera (Rosario)

Conrado Gonzalo (Rosario)

Louder: Cecilia Sarmiento (Rosario)

Grip: Lucas Pérez (Rosario)

Foto fija: Gonzalo Bermejo (Rosario)

Gaffer: Lucas Balestrino (Capital)

Jefe reflectoristas: German Irurzun (Rosario)

Capataz reflectoristas: Antonio Dayub (Rosario)

Reflectorista: Horacio Correas (Rosario)

Refuerzos de fotografía

Denise Chautemps (Rosario)

Ignacio Muñoz  Rosario (Rosario)

Ariel Frazzetto (Rosario)

Martín Urquilla (Rosario)

Joaquín Bouzón (Capital)

Matías Bertrand (Capital)

Ambientador: Lucas Comparetto (Rosario)

Ayudantes de escenografía

Nayra Insua (Capital)    

Carolina Cairo (Rosario)

Lucia Pozzi (Rosario)

Matías Stramazzo (Rosario)

Aprendiz de escenografía: Gabriel Hoyos (Rosario)

Utilería: Juan Francisco Ramos (Capital)              

Utilero de avanzada: Agustín Pagliuca (Rosario)

Refuerzos del departamento de arte                  

Asistente de arte: Mirén Martinetti (Rosario)

Asistentes de arte

Gabriel Cejas (Rosario)

Nicolás Moncaglieri (Rosario)

Irene Depetris (Rosario)

FX y réplica de perro: Celeste Arrizabalaga (Rosario)     

Asistente fx: Juana Fernández (Rosario)                            

Vestuario                          

Asistente de vestuario: Agustina López  (Rosario)

Aprendices de vestuario            

Sofía King  (Rosario)

María Paula Novero (Rosario)

Peinados: Víctor Muñoz (Capital)           

Asistente de maquillaje: Florencia Brid (Rosario)

Ayudantes de peinado

David "La Fenty" Salcedo (Rosario)

Camila D ´Alleva (Rosario)

Sonidista: Agustín Alzueta (Capital)

Microfonista: Tomás Grimaldi (Rosario)

Microfonista: Verónica Brunello (Rosario)

Aprendiz de sonido: Clarisa Corso (Rosario)

Asistente de montaje: Ana Paula Torrens (Capital)

Productora asociada Mediabyte

Valeria Favalli (Rosario)

Adriana Rondelli (Rosario)

Protocolo covid

Leonela Elisabet Zarza (Rosario)

Verónica Martina Vazquez (Rosario)

Florencia Doyen (Rosario)