La declinación de su postulación para una reelección sólo despeja el panorama interno y la verdad es que Alberto Fernández se había subido a una candidatura para hacerse fuerte hacia adentro y hacia afuera. Todos sabían que en algún momento se iba a bajar. Ni Cristina Kirchner
ni Sergio Massa o ningún otro postulante tenían problemas para candidatearse. Pero esos deseos de Fernández venían bien para un sector del Frente de Todos que decidió hace tiempo, por interés y pereza, culparlo de todos los males. 

Casi nadie destacó que el presidente dio un paso al costado tras una corrida cambiaria. El capital concentrado condicionando a la política y la democracia. A Cristina con los tribunales, a Massa con los reiterados incumplimientos de los acuerdos de precios y a Fernández con las
corridas del dólar. 

Ahora la pelota está en el campo de la vicepresidenta que tendrá que regular entre sostener al gobierno y armar para las elecciones. Si mantiene su palabra de no ser candidata, el único con posibilidades reales es el ministro de Economía, a pesar de la inercia inflacionaria
que se come los bolsillos y el humor de los argentinos.

Pero quien haya escuchado los discursos y promesas de la conferencia del Llao Llao y no pertenece al círculo rojo del empresariado, no puede más que espantarse. No hay más que devaluación, flexibilización laboral, ajuste y represión de la protesta social en los mensajes de
Horacio Rodríguez Larreta, Patricia Bullrich y Javier Milei que le agrega la dolarización y el fin de la existencia del Banco Central al cóctel intragable para cualquier trabajador.

“Quieren prender fuego el país”, dijo el número dos de Smata y la CGT Marío Manrique. Y tiene
razón: Son los que pretenden que todo explote ahora para que este gobierno arrastre con el conflicto en estos meses y deje el campo despejado para el gobierno que viene.

Pero Milei limó las dos puntas de la grieta aunque perjudica más a Juntos por el Cambio. La última encuesta de Zuban, Córdoba y Asociados indica que el Frente de Todos conserva una intención de voto del 28,5%, Juntos por el Cambio un 23,5% y los Libertarios un 18%. Como
dijo el economista Emmanuel Alvarez Agis, si Milei hace una gran Paso al día siguiente la gente irá a los bancos a retirar sus depósitos y la plata no va a alcanzar. Y será muy difícil llegar a las generales de octubre.

Aceptada la tabla rasa de la inflación con su inercia destructiva, y el riesgo de la cohesión social en ciernes como asegura la principal central obrera y sin el presidente como candidato; empieza otro partido para la gestión nacional que ya no puede imaginar un escenario peor. La vara de los aciertos está muy baja, como las expectativas de los argentinos.