Quizás por lo sencillo y contundente de la convocatoria, la marcha federal que confluyó en Plaza de Mayo con más de 100 mil personas, fue una de las demostraciones más decisivas que recibió el gobierno de Mauricio Macri.

“Contra los despidos, el ajuste y los tarifazos”, cualquiera comprende eso y también todos pueden entender que nadie le está pidiendo al presidente que se vaya, que no termine su mandato, sino que sencillamente se le pide un cambio en la política económica. Se le pide que proteja a la industria, que frene las exportaciones y que oriente políticas de estado tendientes a generar empleo.

El gobierno tuvo dificultades para tratar de describir a la marcha como a una protesta “con tintes políticos” que terminó el día viernes en Buenos Aires pero que había arrancado dos días antes en distintos puntos del país. Era una marcha llena de trabajadores, con sus organizaciones, entidades intermedias, multisectoriales contra el tarifazo y hasta organizaciones de los pequeños y medianos productores.

La estrategia de cierta tv estuvo centrada en encontrar a algunos dirigentes kirchneristas entre la multitud para poder seguir jugando al juego de la “radicalización” de los miembros del gobierno anterior, para tratar de desacreditar desde ese lado. No tuvo mucho éxito la maniobra.

Lo curioso es que hay todo un arco político que tiene una agenda en la que la caída abrupta de la producción del 7,9% (la peor en 14 años), la velocidad con la que se destruyen puestos de trabajo y la creciente importación que ataca a las economías regionales; no tienen lugar.

“El marketing de la honestidad” como tituló un artículo del diario Clarín para hablar de Elisa Carrió y Margarita Stolbizer, sigue generando interés entre los dirigentes políticos que pugnan por acercarse a las dos mujeres que más prestigio tienen en ese sentido. Pero sería interesante escucharlas hablar también de los temas que afectan directamente a la gente más allá de los hechos de corrupción y la calidad institucional del país.

En ese marco, el Frente Renovador de Sergio Massa intenta moverse entre las dos aguas. Colmado de economistas como Roberto Lavagna y Aldo Pignanelli, marca el carácter improductivo de este gobierno y las decisiones económicas que lo alejan de la gente. Pero también mantiene un ojo atento a los avatares judiciales por el que transitan los hechos de corrupción de la anterior administración.

Las demandas de los gremios y trabajadores irán creciendo al ritmo de las decisiones del gobierno nacional. El contexto nuevo en el que se prefigura el primer paro nacional de todas las centrales sindicales del país, hoy le da más fuerza a la ya anunciada medida masiva de acción directa.