La señal Pakapaka, que según su directora Cielo Salviolo buscó desde sus comienzos "crear una pantalla en la que todos los chicos y las chicas del país pudiesen sentirse representados e interpelados", celebra el jueves una década desde su lanzamiento.

"Pensar Pakapaka fue una responsabilidad enorme en un contexto en el que no había ninguna propuesta de contenidos audiovisuales para las infancias que se hiciera en Argentina para los chicos y las chicas del país", recordó en entrevista con Télam quien también supo ocupar el rol de directora de la señal allá por 2010.

Desde su origen, el canal tuvo como objetivo "crear una propuesta cultural que ampliara los repertorios de los chicos y de las chicas, sus horizontes estéticos, hacer contenidos que generen un aporte significativo para su crecimiento, para su infancia y también ser una herramienta que acompañara el proceso de enseñanza y aprendizaje dentro del aula", amplió Salviolo.

"Con eso en mente -abundó- construimos un camino de diálogo y de colaboración con los referentes de la cultura infantil, de la educación, de la pedagogía y con las casas productoras que nos iban a acompañar. Nos dimos tiempo para pensar, algo que no sucede habitualmente en la televisión y que habla de la responsabilidad que significaba ser la primera señal infantil educativa y pública".

El canal, que recibió números reconocimientos en el mundo por sus producciones, celebrará esta década con una programación especial y el día del cumpleaños estrenará cinco series nuevas que estarán en pantalla hasta fin de año.

En el marco de los festejos, la historia de Pakapaka será reconstruida de manera colaborativa con la participación de chicos de todo el país, que podrán crear contenidos que el 30 de septiembre integrarán un gran mural digital interactivo.

—Al ser un canal que combina lo educativo con el entretenimiento, ¿qué se tiene en cuenta para generar los contenidos?

—Una premisa básica es no pensar el contenido separado del formato y ese es el eje de calidad. Siempre buscamos cuál es la mejor forma de contar. Esto implica tener una diversidad de formatos, de lenguaje y de género. Por eso tenemos un criterio que incluye cuatro ejes: aquello que hacemos tiene que ser pertinente, es decir, tiene que ser el momento oportuno para hablar del tema; tiene que ser apropiado, hablar con los códigos y lenguajes del target al que nos dirigimos; tiene que ser relevante; y tiene que ser atractivo. Zamba es probablemente un ejemplo paradigmático, porque es un formato atrayente, que viene de la televisión infantil más clásica o tradicional y posee un contenido vinculado con la historia argentina, latinoamericana y universal.

—¿Fue importante la estética para diferenciarse de otras señales?

—La estética fue y es una apuesta del canal. Entre sus objetivos está ampliar los horizontes estéticos de la infancia, que implica búsquedas que rompan con las tramas, los colores, las paletas tradicionales que se usan para crear contenidos. Nos interesa que descubran estéticas que no están habitualmente en la tele. Buscamos cuál es la indicada para cada serie y, a su vez, que no sea igual a otras, que cada una tenga su identidad.



—¿Considera que innovaron en los contenidos al incluir y repensar los estereotipos de género, de familia y de clase social?

—Pakapaka fue y es innovadora. La señal fue la primera de las infantiles que tuvo contenidos de familias con dos mamás o con dos papás. Probablemente también fue de las primeras en tener un contenido de educación sexual integral, porque entendemos que esos temas forman parte de la vida cotidiana de los chicos y de las chicas, de la construcción de sus identidades, de sus derechos y que una señal infantil pública los tiene que incluir. También, la perspectiva de género es un eje que atravesó desde el principio a todo el canal, de la misma manera que la perspectiva de clase. Entender que hablamos a un universo que es heterogéneo, algunos de ellos viven en situaciones muy complejas y de mucho contraste.

—¿Cómo se armó una propuesta federal en la que se puedan identificar los chicos de todo el país?

—Interpela a todos y lo hace desde una historia o un personaje o un escenario o un paisaje. La posibilidad de que los chicos y chicas de todo el país puedan sentir que están representados en alguno de estos elementos es clave. En el canal pueden verse historias con voces tomadas de chicos y chicas de todas las provincias y eso construye un vínculo muy fuerte y muy amoroso de las audiencias con el canal.

—¿Cómo piensan la actual programación?

—Diez años después la señal necesita ser repensada porque los consumos culturales cambiaron, porque hoy los chicos y chicas incorporan diversidad de formatos, cosas más cortas, narrativas nuevas, innovadoras, producen contenidos, están en las redes y tienen sus canales. Cuando Pakapaka nació solamente existía Facebook y hoy hay un universo de redes en las que están produciendo y esperando que los contenidos que ven en las pantallas estén acompañándolos. Eso implica un cambio enorme para armar la programación, con contenidos que converjan y pensar cómo creamos desde las redes.

—¿Cuáles van a ser las novedades y desafíos en esta nueva etapa?

—El canal relanzó, recreó e innovó su identidad visual. Tenemos un branding nuevo que tiene un lema muy poderoso y muy representativo de esta etapa: "Inventar el mundo". Cuando el canal surgió hablábamos del poder de la imaginación de las infancias y hoy hablamos del poder de las infancias para inventar el mundo, y no el propio sino en el que se encuentran con otros y otras. Un mundo en el que los adultos y las adultas tenemos la responsabilidad de garantizar sus derechos y darles a ellos las oportunidades para hacerse visibles, para que tengan su voz y escucharlos. El lema acompaña toda la programación del canal y pone en agenda a las infancias como un colectivo social que nos interpela y que forma parte de la construcción de nuestra sociedad y del mundo en el que vivimos y que hoy más que nunca necesita ser repensado.