Durante el mes de mayo el nuevo accionista mayoritario del Grupo Televisión Litoral (GTL), Gustavo Scaglione, fue de a poco conociendo las instalaciones y todo el personal heredado. Acompañado de su familia y de quien fuera el intermediario en la negociación -y ahora CEO de la empresa-, el contador Marcelo Fernández, recorrieron el inmueble de avenida Perón al 8100 repitiendo nombre y cargo para que quede claro quién está a cargo. Si bien puertas adentro nadie dudó y todos siguieron con su rutina laboral, desde afuera observan el traspaso con curiosidad.

Según pudo averiguar Rosarioplus.com existen dos puntos opacos en la transacción. Por un lado está la AFIP junto con el Banco Central de la República Argentina y por el otro la AFSCA.

El tema impositivo no es nuevo. Desde un comienzo se dudó del origen de los fondos para dicha compra (se valuó en 14 millones de dólares el 55% de la empresa), lo que espantó a inversores extranjeros. Lo llamativo es que quien detentaba con el poder de venta de ese porcentaje de GTL, Marcelo Fernández, demoró en encontrar un nuevo inversor lo mismo que un club de fútbol en presentar un nuevo director técnico.

Gustavo Scaglione, hombre acaudalado, podría haber eliminado toda duda sobre el origen de los fondos, salvo porque recae sobre él un embargo preventivo. “Ni Scaglione ni Daminato cuentan con el dinero suficiente”, dicen desde la AFIP. A partir de la irrupción de Scaglione fue cuando la AFIP convocó al BCRA a trabajar en conjunto para dilucidar de dónde pudo haber ingresado el metálico ya que sospechan que los fondos internacionales se pudieron haber disfrazado de empresario local. La investigación se amplió a los intermediarios.

En segundo término aparece la oficina de Sabatella preocupada por las faltas en las cuales GTL incurrió. La AFSCA se basa en el artículo 41 de la Ley de Servicios Audiovisuales que dice:

“Excepcionalmente se autoriza la transferencia de acciones o cuotas partes de las licencias luego de cinco (5) años de transcurrido el plazo de la licencia y cuando tal operación fuera necesaria para la continuidad del servicio, respetando que se mantenga en los titulares de origen más del cincuenta por ciento (50%) del capital suscripto o por suscribirse y que represente más del cincuenta por ciento (50%) de la voluntad social. La misma estará sujeta a la previa comprobación por la autoridad de aplicación que deberá expedirse por resolución fundada sobre la autorización o rechazo de la transferencia solicitada teniendo en cuenta el cumplimiento de los requisitos solicitados para su adjudicación y el mantenimiento de las condiciones que motivaron la adjudicación.”

¿Qué significa esto? Que la venta de GTL está fuera de ley por triple falta: no está autorizada por el Estado, se comercializó más del 50% y en ningún momento la empresa dijo que el futuro del grupo estuviera en riesgo. Si bien los tiempos de ejecución darían aire suficiente a los nuevos dueños, la licencia de Canal 3 vence el año entrante y los problemas aparecerían en la renovación.

Es que quienes conocen a los compradores, y a sus intermediarios, aseguran que estos no le dan importancia a un detalle no menor: en diciembre, cuando cambien las autoridades nacionales, tanto Sabatella como Etchegaray, seguirán al frente de sus oficinas un años más según estatuto, salvo que renuncien.

AFIP y AFSCA revisan la transacción. Scaglione saluda a sus nuevos empleados con Marcelo Fernández a su lado. Este último ya hace uso de su posición de poder imponiendo las reglas del debate de candidatos previo a la elecciones. Reglas que, tremenda casualidad, son una fotocopia de las que aconsejó el PRO previamente.