Una joven de la localidad de Arequito realizó este lunes una denuncia en la Fiscalía de Rosario, ciudad donde reside, por un hecho de abuso sexual con acceso carnal que padeció durante su viaje de estudios, siete años atrás, por parte de un joven oriundo de Bombal. La joven se llama Débora y según contó a Radio Casilda y publicó en su cuenta de Instagram, aún sufre depresiones constantes. Hace cuatro años pudo contarle el hecho a sus allegados; a sus padres, hace uno. Débora está acompañada por el Colectivo Feminista de Arequito y de una psiquiatra.

Del Instagram de deeboferrari

En diálogo con Radio Casilda, Débora dio a conocer este martes lo ocurrido en 2015: “Fuimos a Bariloche junto a varios chicos de otras escuelas, compartíamos el colectivo y el hotel. Una noche salimos todos y yo tomé dos copas de champagne y me sentí perdida. Se acercó este chico que me llevó hasta el hotel. En el camino varias veces me caí. Cuando entré en la pieza me di cuenta que no era mi pieza, y vomité al lado del inodoro en un balde, y después me desmayé en la cama. Me desperté a las 8 de la mañana en mi propia cama sin bombacha con mis amigas al lado de la cama contándome que me llevaron ellas hasta la pieza”.

Al día siguiente se hizo una excursión el Cerro Catedral, donde se descompuso: “Me acuerdo que tuve baja presión y que ahí sentía vergüenza de no saber qué había pasado. Un coordinador me llevó al hospital en la base del cerro, donde me inyectaron Buscapina y suero, y el médico me dijo que yo había tenido un coma alcohólico. Una amiga preguntó al chico de Bombal qué había pasado y él le dijo que habíamos tenido relaciones sexuales, pero yo no recordaba absolutamente nada. Las demás noches no salí, me quería volver a mi casa”. Débora no tuvo la posibilidad esa vez de recibir una atención ginecológica. El fiscal a cargo de la causa le adelantó que recabará testimonios de esa noche.

Al volver de su viaje de estudios Débora atravesó el comienzo de una juventud con problemas de depresión. “Fue un proceso largo, traté de naturalizarlo, asumí que fue una noche, y como estaba en pedo, traté de culparme. Con el chico nos conocimos en el viaje, y me quedó su cara presente. Después me enfermé”. Recordó sobre su depresión: “En la facultad perdí años porque no podía bajar a tirar la basura, con parálisis de sueño, tengo problemas de retención de pis, aunque me avergüenza decirlo. La depresión fue subiendo, pero ahora estoy bien con el apoyo de mis amigas, la familia y hoy lo pude contar y ratificar con la denuncia”.

Finalmente destacó: “Es un proceso largo que se necesita atravesar con mucho apoyo, por lo que invito a que me escriban otras víctimas para ayudarlas y que sepan que no están solas. No pensé que mi caso se iba a viralizar tanto y eso me dio mucha fuerza”.

Amenazada para que no denuncie

Sumado a las consecuencias de la depresión, la joven fue amedrentada de cualquier posibilidad de denuncia hace un tiempo: “A los dos años del viaje me encontré con un amigo de él, donde me amenazó y me dijo que tenía fotos íntimas mías, y me dijo cosas morbosas”. Ahora fortalecida con la red de contención afectiva y de profesionales, Débora analizó: “Yo pienso que esas fotos no existen, pero en ese momento me dio pánico pensar que él también estaba, porque no sé si había alguien más en esa habitación”.

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