Con decisión unánime, el tribunal compuesto por los jueces Gustavo Urdiales, Leandro Lazzarini y Pablo Staiger condenó a cadena perpetua este miércoles en la ciudad de Santa Fe a Sebastián Maschio por el femicidio de María Cecilia Burgadt, el pasado 13 de septiembre de 2019 y quien había sido su pareja

La querella, conformada por las hijas de la víctima, estuvo representada por las abogadas Vivian Galeano y Laura Gerard, del Centro de Asistencia Judicial (CAJ). Y desde la Fiscalía quienes llevaron adelante el caso fueron los fiscales Andrés Marchi y Ana Laura Gioria.

María Cecilia Burgadt trabajaba como enfermera en el hospital Cullen de la ciudad capital, donde al terminar su trabajo Maschio llegó a buscarla, situación que fue probada por los fiscales mediante las cámaras de seguridad de la zona. Juntos se dirigieron a la pensión en la que habitaba el hombre, en 4 de Enero al 8900.

El femicida llegó al juicio oral acusado de golpear a la mujer con una piedra y con un trozo de madera hasta causarle la muerte, tras  ello envolvió el cadáver en una frazada y lo escondió debajo de un colchón en su domicilio. La fiscalía presentó numerosas pruebas testimoniales, de antenas de celulares para ubicarlo en la zona del crimen y muestras de ADN.

Asimismo, según los fiscales, Maschio operó como intermediario de la compra por parte de la víctima de un automóvil Volkswagen Gol que estaba en su poder e intentó transferir a su nombre antes de matar a Burgadt.

Desde la Fiscalía se solicitó la prisión perpetua, bajo los calificativos de homicidio calificado por el vínculo, por haber tenido el fin de asegurar los resultados de otro delito y lograr impunidad, por ensañamiento, y por haber sido perpetrado en un contexto de violencia de género (femicidio) que fue aceptada por unanimidad por el Tribunal.

El dolor de una familia que quedó destruida

"Es como que se me salió una mochila que tengo desde que la salí a buscar", contó Sol Arbizu, una de las hijas de la víctima, sobre la sentencia a cadena perpetua en primera instancia que se le otorgó este miércoles al femicida Sebastián Maschio.

Desde temprano más de un centenar de personas acompañaron a las hijas de María Cecilia y pidieron justicia en la plaza 25 de Mayo, frente a la puerta de Tribunales. "¿Miedo? Solo al silencio", se leyó en uno de los carteles.

"Nos sentimos acompañadas, pero si nosotras no insistíamos, si no seguíamos el proceso judicial que fue largo iba a quedar en la nada como en tantos otros casos. Ahora salió la condena que esperábamos, estamos conformes, pero tuvimos miedo que no se logre hasta que escuchamos el veredicto", relató la joven.

La desconfianza por parte de Sol es algo racional. Cuando Cecilia desapareció el 13 de septiembre de 2019, las chicas tenían 17 y 22 años. Fueron a la comisaría de Rincón dos veces pero no les tomaron las denuncias. Les dijeron que esperen unas horas. Y después un tiempo más. Entonces emprendieron por sí mismas la búsqueda con preguntas a personas conocidas y atando cabos. Se enteraron que Maschio la buscó ese día en moto a Cecilia por el Hospital Cullen donde trabajaba como enfermera. Sabían que su mamá iba a comprar un auto, que él mediaba con el comprador.

Ese mismo viernes lograron que ingrese la denuncia en la Comisaría de la Mujer ubicada en la ciudad de Santa Fe. Además llegaron hasta la puerta de la casa donde luego fue hallado el cadáver de su madre: 4 de Enero al 8900, en barrio Las Delicias. Durante el velorio, la joven le repitió a sus allegados varias veces: "Mi mamá nunca me dejaba de contestar, siempre estaba atenta a nosotras y yo ya sabía que esto iba a terminar mal".