Fernando Pastorizzo, asesinado hace 26 días en la ciudad entrerriana de Gualeguaychú, cambió las claves de acceso a su celular días antes del crimen, por lo que ahora los peritos no pueden analizar las comunicaciones del mismo. El motivo, es que Nahir Galarza, ex novia e imputada por el homicidio, había descubierto cómo usarlo.

Ante esta situación, los expertos de Gendarmería Nacional requirieron a los investigadores la computadora personal de la víctima para tratar de vincularla al smartphone encriptado, según informaron fuentes judiciales a la agencia Télam. Los especialistas de la Procuración de Entre Ríos tampoco pudieron sacar información del aparato del joven.

Según las fuentes, el smartphone de Fernando, un Motorola G5 Plus XT1680 tiene un sensor biométrico con huellas digitales para abrir el sistema y un gráfico y un PIN para la mensajería instantánea de Whatsapp.

El padre de la víctima declaró que el joven utilizaba la huella digital y los amigos indicaron que tenía un PIN y un gráfico "muy complejo, como un garabato", declaró una fuente con acceso al expediente. "Los mismos amigos de él dijeron que días antes del crimen ella le descubrió el gráfico y el PIN, y accedió a una foto que la subió a un grupo de Whatsapp y le borró contactos, por lo que la víctima cambió todas las claves de acceso que ellos conocían", explicó el pesquisa consultado por Télam.

Por su parte, los gendarmes van a tratar de vincular el correo electrónico de la cuenta de la computadora de Fernando a su celular para “poder obtener la información que existe en el teléfono”, según explico la jueza que interviene esta semana, Martina Cedrés.