Mientras distintas fuerzas de seguridad libraban desde esta madrugada de martes una veintena de allanamientos en busca de los pistoleros que protagonizaron los últimos atentados a balazos, un edificio del macrocentro rosarino registró un episodio que al principio activó el alerta policial porque se pensó que había sido otro ataque mafioso más.

La puerta de vidrio de la torre situada en Presidente Roca 1960, se desplomó, este martes por la madrugada, de un momento a otro y convulsionó al barrio del Abasto. Lo que llamó la atención de los vecinos no fue el ruido, sino las posibles causas del estallido.

Un vocero del Ministerio Público de la Acusación reveló que los peritos de balística y agentes de la División Judiciales confirmaron que "no hay registro de material balístico ni de otro elemento contundente que pudiera ocasionar la rotura del vidrio de la puerta del edificio". El portavoz agregó que "testimonios recabados por personal de Judiciales indicaron que la puerta tenía problemas que pueden ocasionar la rotura por un golpe al cerrarla  fuerte". Además, tampoco hubo llamado alguno al 911 por parte de algún vecino que pudiera haber visto o escuchado disparos.

En el último de los cinco pisos que tiene la torre reside Jorge Funes, padre de cuatro jóvenes que aparecieron con frecuencia en la crónica policial desde el año pasado: Lautaro y Alan -detenidos en la cárcel de Piñero-, Ulises (asesinado en Garay al 1400) y Jonatan, asesinado en febrero pasado, en el cruce de las rutas 14 y A012, cuando regresaba de visitar a sus hermanos detenidos.

La primera hipótesis que manejó el personal policial que arribó al lugar del hecho, fue que "tres o cuatro disparos" reventaron el vidrio blíndex del ingreso al edificio y, por fortuna, no causó consecuencias peores. Sin embargo, con el correr de los minutos, y con el relevamiento de algunos testimonios, los agentes comenzaron a sospechar que la puerta se derribó por un mal movimiento. Y finalmente hubo peritaje criminalístico que confirmó la hipótesis no violenta: no hubo disparos contra el edificio.

El desplome ocurrió pasadas las 7.30, una hora pico de tránsito, niños en camino a clase y personas rumbo al trabajo. 

Jorge Funes, con antecedentes penales por piratería del asfalto en los '90, fue atacado a tiros el 1º de enero pasado en Alvear. Fue hospitalizado y sobrevivió. Se había radicado en ese pueblo vecino, en 2016, luego de que dos sicarios balearan la vivienda familiar en Ayacucho y Uriburu y asesinaran a su esposa, Mariela Miranda. Por ese crimen están presos miembros del clan Caminos, de barrio Municipal, con quien los Funes sostienen un enfrentamiento declarado desde hace cinco años al menos, cuando unos y otros vivían en el mismo barrio de Grandoli y Lamadrid.

Después de salir del hospital, volvió a mudarse a Rosario pero ya no al barrio Tablada sino al departamento de Roca al 1900. Allí cumple prisión domiciliaria por asociación ilícita, con tobillera eléctrica. En un principio, era custodiado por Gendarmería, pero hace dos meses, según comentaron vecinos de la zona, los agentes se retiraron del barrio.

El personal de la Policía de Investigaciones (PDI), que se encuentra trabajando en los múltiples allanamientos de este martes por la mañana, deberá despejar las dudas sobre el incidente que ocurrió en el edificio de Presidente Roca 1960.