La justicia australiana multó a un científico que se había implantado un chip electrónico bajo la piel con la información de su tarjeta de transporte, similar a la SUBE, porque no pudo demostrar que viajaba con un boleto pago.

El excéntrico investigador de 34 años, que cambió su nombre a Meow-Ludo Disco Gamma Meow-Meow, escaneó su chip de la tarjeta de transportes, lo implantó en su mano y había pagado por el trayecto, pero cuando pasó el inspector y le pidió el boleto, fue multado por viajar sin una tarjeta válida de transportes.

La corte le ordenó pagar 220 dólares australianos (unos 170 dólares estadounidenses) y las costas del juicio: 1.000 dólares, informó la agencia DPA. El Departamento de Transportes advirtió en contra de falsificar la tarjeta de transporte, que abre los molinetes en las plataformas siempre que se haya pagado el trayecto antes.

A la salida del tribunal, Meow-Meow dijo que estaba decepcionado, pero que iba a seguir explorando opciones que le permitan usar un chip implantado para pagar sus tickets de tren.