La selección de Islandia se prepara de la mejor manera para su primera participación en la Copa del Mundo y ya tiene armado absolutamente todo el plan de logística durante su estadía en Rusia. Sin embargo, un conflicto político podría cambiar la rutina de los futbolistas europeos.

Desde los horarios de atención a la prensa hasta las horas de descanso para los jugadores, la Federación Islandesa buscó prever todo inconveniente, pero se olvidó de un pequeño detalle: una regulación que prohíbe al país más grande del mundo importar alimentos desde algunos países del Viejo Continente, entre ellos la pequeña isla del Atlántico Norte.

El embargo a Rusia surgió como un castigo por parte de algunas naciones europeas a partir de la participación soviética en el conflicto entre Crimea y Ucrania, en 2014.

La medida, obligará a la delegación islandesa a comprar sus propios alimentos en Gelendzhik, ciudad en donde se hospedarán para alimentar a sus futbolistas.

"Teníamos todo organizado: comidas, desayunos, meriendas, encuentros... Todo. No hay lugar para contratiempos", reveló Klara Bjartmarz, la directora ejecutiva de la KSI, esta semana en diálogo con el medio islandés RÚV.

"La comida rusa es ligeramente diferente a la nuestra. Los futbolistas no son amigos de innovar justo antes de un partido", agregó Klara, notoriamente molesta al respecto.

Por el momento no se puede cambiar nada al respecto, motivo por el cual ya se piensan dietas alternativas que puedan suplir las necesidades del equipo que debutará en la cita mundialista ante el seleccionado argentino.