Con una película, fresca, despierta, hilarante, profundamente política y que reflexiona sobre el mismo proceso de hacer teatro o cine, "pensada a la italiana" como él mismo dice, Alejo Moguillansky presentó en la Competencia Latinoamericana del Festival de Mar del Plata "Por el dinero".

Como gran parte de las películas del realizador de "Castro", este filme surgió de una serie de situaciones de la vida cotidiana relacionadas con las acciones necesarias para hacer posible un hecho artístico y fue encontrando en ese mismo proceso los materiales para alcanzar el estatus de una creación cinematográfica, de una obra de arte, de una ficción.

"Me interesa un modo de trabajo que parte de cierta improvisación, empezar a masticar lentamente los materiales hasta que algo se aferra de algún modo, un modo que evita siempre la idea de guión, de una imagen construida a priori", señaló Moguillansky en charla con Télam en una plaza cercana a uno de los complejos cinematográficos donde el filme se vio por primera vez esta mañana en Mar del Plata.

"Para mí, la imagen es el lugar mismo de escritura y de gestación de una historia, una película como ésta está forjada desde ese pensamiento, que es un pensamiento cinematográfico posible y ni siquiera nuevo sino que ya Chaplin trabajaba de esta manera, de modo que tiene que ver con cierta tradición del cine", agregó.

En la charla con Télam, Moguillansky estaba rodeado y hablaba con parte del elenco de la película: el director de cine Rodrigo Moreno, el músico de cine y teatro Gabriel Chwojnik, el bailarín francés Matthieu Perpoint, faltaban solamente el actor colombiano Vladimir Durán, su hija Cleo y su mujer, la bailarina Luciana Acuña.

Ellos y el mismo Moguillansky son los protagonistas de "Por el dinero", una película que nació del registro de una gira en Colombia de una obra de teatro homónima que ellos realizaron entre 2013 y 2016.

"Las cosas que se cuentan en la película son efectivamente las cosas que pasaron para poder hacerla, obviamente que hay cosas que se forzaron para sostener una estructura ficcional: yo no estoy muerto ni robamos el premio de un festival de teatro de Cali, pero esta película nace de la necesidad de conseguir unos pasajes para poder hacer una gira teatral en Colombia, lo que nos llevó a contactar a un canal de televisión para rodar un docu-reality que nos dio el dinero para poder ir a Colombia", contó el autor de "La vendedora de fósforos" y una de las cuatro cabezas del gran acontecimiento del cine argentino de las últimas décadas que se llama Pampero Cine.

Y, explicó que "esta película es la respuesta a ese problema inicial, es una película que fue hecha por necesidad, pero una vez suplida esa necesidad es una película que fue hecha en contra de esa necesidad y a favor de cierta libertad total, que después de conseguir el dinero se olvidó de cualquier obediencia en relación con eso y quedó ligada al corazón".

-¿Cómo se fue escribiendo la película?
Hay escenas escritas ahí mismo, durante el plano, en una situación donde todos íbamos proponiendo, de una forma colectiva en términos grupales de personaje, porque es una película que le debe mucho a cierta comedia italiana, que está mucho en la superficie del plano.

-Y también la película habla de una troupe artística.
-Está lo de la troupe pero es una película cuyos secretos son la complicidad extrema entre quienes la hacemos. Finalmente se trata de filmar ese vínculo particular que uno sabe es productor de ficción y de un tipo de ficción que puede ir hacia cualquier zona de delirio, donde la única garantía que sostiene todo es la complicidad entre nosotros, compartir un sentido del humor. Estamos muy lejos de la idea del director que viene con sus grandes ideas como un gran autor y todos lo obedecen y se desploman ante sus ocurrencias; esto es todo lo contrario, podríamos decir que es guaranco, es muy plebeyo, como es una troupe o una compañía donde todos tienen razón y todos se pelean al mismo tiempo.

-El dinero es un tema que está siempre en sus películas y uno de los temas que les dan un carácter fuertemente político.
-Al tratarse de películas que reflexionan sobre su proceso de producción, el tema del dinero entra solo, sería tonto invisibilizarlo. El cine está todo el tiempo hablando de recorte y recorte, incluso una película como está, que está hecha con una estructura ajena a los recortes, porque está hecha sin recursos del Instituto de Cine, es una película que tiene esos mismos problemas. Lo que uno debería preguntarse es por qué el tema del dinero siempre tiene que ser nombrado por fuera de las películas, por qué no puede ingresar a las películas.