Rosario Central y Newell's fueron los equipos más destacados de la fecha y, probablemente, sus victorias hayan desacomodado la definición de la Liga Profesional de Fútbol. Dos equipos que se despojaron en la cancha y no les importó lo que tenían enfrente; ni el último partido del River de Marcelo Gallardo, ni el líder Boca que tenía a mano el título.

La Lepra llegó con una energía particular a este domingo y jugó un enorme partido con un estadio repleto, mucho color y aires de llevarse puesto al rival. Newell's hizo lo que nadie había hecho hasta ahora y era la clave para ganarle a Boca: jugarle con intensidad. Era eso y dejar expuesto a un Boca que más allá de las victorias ajustadas, nunca logró un funcionamiento demoledor. Ahora quedó complicado en un título que tenía a tiro. 

El gol de Juanchón fue la pintura de Newell's: despierto, fuerte y pragmático. Un gol a lo Batistuta con una corrida nada elegante pero efectiva. Los visitantes ni siquiera aprovecharon el guiño providencial de la expulsión por doble amarilla del juvenil Juan Sforza, que forzó a Newell’s a jugar diez contra once nada menos que 55 minutos más el tiempo añadido. Cuchillo entre los dientes de la Lepra y le tajeó el traje de campeón.

Central y Newell's escupieron el smoking

Central iba de punto contra River en un Monumental vestido de gala para despedir a Marcelo Gallardo, pero nada le importó jugó un partidazo sin desconcentrarse y le manchó el smoking al Muñeco.

El equipo de Carlos Tevez llegó mucho al arco rival, convirtió dos goles convalidados y otros dos impugnados a instancia del VAR por posiciones adelantadas imperceptibles o vidriosas. Central fue, no tuvo miedo y el premio del primer gol tempranero lo supo aprovechar. Se replegó con orden, atacó con saña incluso cuando River se envalentonó y descontó. 

Eran pibitos sueltos, desfachatados pero con disciplina. Fue un equipo pensante y sabía que River iba a estar por momentos en otra, mucha gente pensando en el pasado de la era Gallardo más que en el presente del partido. Central y Newell's se encargaron de sus realidades y se cargaron las de River y Boca.