Mientras el español Carlitos Alcaraz se salteó a toda una generación de jugadores y prácticamente retiró al Big Three, para posicionarse con solo 19 años como el nuevo amo del tenis, un niño prodigio pretende revolucionar la historia de este deporte.

Se trata de Teodor Davidov, un pequeño estadounidense de origen búlgaro, que tiene 12 años y quien además de ser un virtuoso, no tiene revés, solo juega de derecha. Esa posibilidad la tiene gracias a que es ambidiestro, por lo que pasa la raqueta de mano a mano hábil, con dos drive muy potentes.

La precoz estrella tomó notoriedad mundial después que la International Tennis Federation (ITF) publicó un video en el que muestra los progresos del niño sin impactar de revés. Para conseguir estas habilidades Teo entrena unas 40 horas por semana.

El artífice de este estilo de juego es el propio padre de la criatura, Kalin, quien decidió que su hijo a los 8 años, para activar el hemisferio derecho de su cerebro, comience a pegar la pelota con la zurda como mano hábil.

“Es un niño demasiado extrovertido y un poco desequilibrado en el juego, así que sólo quería afectar al hemisferio derecho de su cerebro, utilizando la parte izquierda de su cuerpo", contó a los medios Kalin.

El padre del pequeño también describió otros secretos que lleva adelante con su hijo, que tienen que ver con una filosofía de vida relacionada con la medicina china, el equilibrio del yin y el yang, además de yoga.

Y si bien, en un principio solo se trató de activar el hemisferio derecho con el cambio de mano de raqueta, los beneficios que le trajeron esta nueva metodología hicieron que el menor se posicione como el nuevo paradigma del tenis mundial.

No solo que ahora tiene dos potentes golpes, velocidad de piernas y agilidad en los desplazamientos, sino que también cada impacto que hace confunde a los rivales que esperan que los puntos de definan de la forma tradicional. También le trajo beneficios físicos y prácticamente no se lesiona.

Kalin, indicó que anima a su hijo a que utilice el tenis como manera  de crecimiento espiritual. La familia de Teo pretende que este enfoque holístico al que suscriben como estilo de vida se extienda para su hijo dentro y fuera de la cancha. Además, el niño también práctica esquí, senderismo, fútbol, baloncesto y toca el piano.