Un grupo de 20 familias de carreros inició una protesta este martes frente al Concejo municipal y cortó el tránsito en distintos puntos de zona norte, para exigir que la Intendencia retroceda con la ordenanza que dispuso el fin de la tracción a sangre en esa actividad y modifique el esquema porque -aseguran- no les está dando resultados a las familias que viven de la recolección y reciclado de residuos.

La referente de la Federación de Cartoneros y Recicladores, Victoria Clérici, declaró desde el corte de Rondeau y Juan B. Justo: “Fein dice que hay 1380 personas inscriptas en el programa Andando. (...) De esa gente que se inscribió, también hay quienes vinieron a reclamar porque voluntariamente se inscribieron en el programa, entregaron caballos, hicieron programa de capacitación y acá están, cagándose de hambre”.

Clérici explicó que el municipio “no contempló que hay más de 200 carreros que todavía tienen caballos y generó una situación de miedo sobre el futuro”. “La gente entonces se opone, no al fin de tracción a sangre, sino que, si hay una política punitiva para el sector, debe ser contenida dentro de una política social”.

Cerca de las 10.30 la intersección de Córdoba y 1º de Mayo comenzó a poblarse de familias que viven de los carros tirados por caballos. Algunos bombos con la inscripción “Carreros Unidos”, un contenedor cortando la calle, y un hombre encadenado al árbol de la vereda del Palacio Vasallo, eran las postales de la protesta que hasta entonces no tenía un horario de finalización.

La voz cantante la llevaba Carlos, el hombre encadenado con un megáfono. "Vamos, vamos señora intendenta, que tenemos hambre. Salga. Vamos, vamos”, repetía una y otra vez, mientras un grupo de cinco personas pretendía ingresar al edificio forzando la puerta principal.

"Nosotros tenemos bien nuestros caballos, porque es lo que nos da de comer, por eso no queremos que nos saquen el caballo. Hoy somos cientos de familias que no comemos", aseguró el hombre.

El resto de las interrupciones de tránsito se llevaban a cabo en bulevar Rondeau y Juan B. Justo, en Uriburu y Avellaneda, en ambas manos, y también en Sorrento y Circunvalación. Un móvil policial se apostó a metros del Palacio Vasallo con alrededor de cinco efectivos policiales y hasta entonces la situación era tensa pero sin disturbios.

Algunos manifestantes se colgaron de la ventana que da a 1º de Mayo en busca de hacerse oír por los concejales, principalmente el veterinario Carlos Cossia, quien se opone a la tracción a sangre y lucha por la erradicación de los caballos en la actividad cartonera desde hace años.