"Que sí, que no, que nunca te decides" cantaba el Símbolo a fines de los '90 y es el tema que más se ajusta para arrancar este año. Es que la primera semana del 2017 inició con un aumento en el precio de los cigarrillos que no estaba anunciado y que además se vio reflejado sólo en algunos comercios, principalmente estaciones de servicio.

En un recorrido por distintos kioscos del macrocentro de la ciudad los precios aumentaron, no un 20 ni un 30 por ciento como se dijo en un primer momento, pero sí algunos pesos más "para prevenir una suba que es inminente" según aseguraron los comerciantes.

"Nosotros los tenemos al mismo precio" aseguró una comerciante de barrio Martin. "El Philips está a 43 pesos, el box 44 y el de diez 22 pesos. Malrboro un poco más caro, 43 el atado, el box 47 y el de diez 25. Los Lucky están al mismo precio que los Malrboro. Son los precios que venimos trabajando y que por el momento conservamos", detalló.

En un kiosco, en pleno centro, los precios eran similares, mientras que en otro a una cuadra de distancia había variaciones de 1 a 3 pesos, no más.

El problema del precio de los cigarrillos se remonta a principios del año pasado cuando, según un comunicado de la empresa Massalin, "la fuerte suba de impuestos decretada por el Gobierno nacional, elevó la carga fiscal total al 80 por ciento sobre el precio de venta al público de los cigarrillos, lo que significa un duro golpe a toda la cadena de producción y comercialización, además de que suma presión sobre los precios y alienta el comercio ilegal”.

Según detallaron kiosqueros locales, ante este panorama las tabacaleras Massalin Particulares y Nobleza Piccardo decidieron bajar el precio levemente, "pero sobre la ganancia que teníamos los comerciantes que pasamos a ganarle entre un 4 y un 5 por ciento, frente al 7 ya escaso que veníamos ganado". Esta decisión unilateral desencadenó en que los comerciantes dejen de respetar las planillas de precios fijados y empiecen a remarcar los cigarrillos para ampliar sus ganancias.

Si se recorren los kioscos de la ciudad se pueden encontrar variaciones de entre 1 a los 5 pesos, frente a un aumento que aseguran que es inminente. "Si no se aumentan aunque sea unos pesos, no podemos reponer stock en una semana cuando se haga efectivo el aumento", explican.

El panorama cambia cuando se va a una estación de servicio. "Ya venían cobrándolos más caro, así que es cierto que puede haber una diferencia de un 20 por ciento", aseguraron. Además concluyeron que "la otra opción que estamos barajando es agotar stock y no reponer más".