El presidente Alberto Fernández aseguró que analiza la posibilidad de instruir a las fuerzas de seguridad para que disipen las aglomeraciones de personas como prevención ante el incremento de casos de coronavirus, pero descartó la implementación de un “toque de queda”.

“No vamos a implementar un toque de queda pero sí un toque sanitario que fue algo que funcionó en muchas ciudades del interior”, señaló Fernández en declaraciones a Radio 10. Es que en las últimas semanas de diciembre, y sobre todo en la Navidad, se repitieron los desbordes de personas en distintos espacios públicos, a la par de un aumento de casos en todo el país.

El riesgo de un aceleramiento de la segunda ola está en la agenda del Gobierno. Según el presidente "diciembre fue un mes de mucho relajamiento, que llevó a reuniones sociales, marchas en Buenos Aires de distintos tipos, todas cosas que pudieron favorecer que el virus circule".

"También planteé lo que vi el 24 a la noche: chicos jóvenes que se reúnen en las plazas sin barbijos, con música a todo lo que da porque tienen los boliches cerrados. Todo eso es caldo de cultivo para el virus. Es muy peligroso", agregó.