En el marco del rediseño del sistema del transporte urbano de pasajeros presentado días atrás por el municipio, vecinales manifestaron su disconformidad por considerar que perjudica a los barrios. Al respecto, la Vecinal Echesortu Oeste lanzó un petitorio para solicitar que se posponga la readecuación hasta después de la pandemia para a fin de poder debatir la problemática en conjunto. En tanto, desde Tablada aseguran que la medida dejaría al barrio con una sola línea perjudicando especialmente a los trabajadores de frigoríficos. La inseguridad que puede multiplicarse con el nuevo diseño también preocupa especialmente. 

Echesortu: petitorio y líneas riñón

En el petitorio lanzado este fin de semana por la vecinal Echesortu se advierte puntualmente que la decisión de fusionar las líneas 138 y 139 con la 115 "afectará gravemente" al barrio "ante los incesantes hechos de inseguridad que vivimos a diario". En este sentido, argumentan que para abordar este servicio de ahora en adelante deberán desplazarse entre cuatro y cinco cuadras "de máxima tensión y peligro".

"La mayor duda es ¿por qué se decide esto en esta época? De esta forma nos están quitando la participación democrática que toda institución debe llevar adelante ante estos movimientos gerenciales. Queremos ser escuchados y que se posponga la medida hasta poder debatir en circunstancias en las que podamos participar todos, grandes y jóvenes", reclaman.

"El golpe es importante porque el 138/139 pasan por el riñón del barrio. Mas allá de que a ellos los números no les den, a nosotros nos trae una solución. Por ejemplo, no vamos a poder tomarlos más en Rioja y Lima y tendríamos que ir a la vecinal La Republica, que es una zona picante, y no podemos caminar 10 cuadras a las 20", comentó a Rosarioplus.com, Vanesa Amato, presidenta de la vecinal.

Y siguió: "El 115 nos deja en el peor lugar. Esto nos afecta a todos, a los chicos que van a estudiar y a los que trabajan en el centro. Es cambiar las costumbres de un barrio: o gastamos más en un taxi o nos exponemos a que nos roben".

Tablada aislada

"Tablada tenía en su momento cinco líneas y poco a poco fueron seccionando hasta que nos quedamos con las dos banderas de la 146 y una bandera de la 144, que es la más chica. Ahora, ninguna de las banderas de la 146 van a llegar al barrio y solo va a quedar la 144 que con suerte pasa cada 45 minutos. La van a fusionar con la 102 quitándonos conectividad con las zonas del Frigorífico Swift, Paladini y Frigorifico Mattievich, donde trabajan muchos vecinos", indicó a este portal el referente de la Asociación Vivir y Convivir en Tablada, Claudio Gershanik.

En este sentido, subrayó que "hacia el norte perdemos la conexión con el centro. Para ir a PAMI o ANSES, un adulto mayor tiene que hacer trasbordo. También perdemos conexión con la facultad de Medicina, el hospital Centenario, la Terminal de Ómnibus. Sí nos conecta con Barrio Rucci y no tenemos esa necesidad". Al respecto, aseguró que en caso de que esto prospere, se presentarán en la Justicia y realizarán marchas y acampes.

"La adecuación se hizo desde un escritorio con los datos de corte de boleto pero en ningún momento se hizo una encuesta. La gente que hace esto jamás se subió a un colectivo. No fue conversado ni siquiera con los directores de distrito, mucho menos con las vecinales u organizaciones sociales. Desde Tablada llevamos seis años consecutivos presentando un proyecto de cambio de recorrido de líneas que mejorarían su rentabilidad. Estamos terriblemente preocupados por las consecuencias de esto. No nos pueden seguir atropellando así", sentenció.

La manta corta

Por su parte, el concejal Eduardo Toniolli, coordinador del Observatorio Social del Transporte creado en 2015, consideró en diálogo con este portal que se trata de "una manta corta; cualquier mejora en algún tramo y horario especial, se va a hacer en desmedro de otras zonas y horarios". En este sentido, subrayó que al unificar líneas "con un criterio comercial, se terminan recortando recorridos barriales que cumplen una función importantísima de integración urbana. Esas 6 o 7 cuadras que el planificador recorta en alguna zona, era el resultado de luchas barriales por ampliar el alcance de un servicio público esencial".

"No somos necios, entendemos que en el marco de la pandemia, y con una caída brutal de usuarios, había que armar un esquema de emergencia, de hecho el sistema ya funciona como menos servicios. Lo que siempre señalamos es que apenas volvieran algunas actividades debía reverse ese esquema chico. Porque el riesgo es que con la excusa de la pandemia, terminemos  extendiendo en el tiempo un armado que no va a resolver las demandas crecientes de movilidad de una ciudad en reactivación", concluyó.