La disputa por el uso del espacio público por parte de los bares es una de las recurrentes denuncias de los vecinos de Pichincha. La práctica de ampliar las veredas con corralitos se estiló durante la pandemia con el fin de adecuarse a las normas sanitarias y de esa forma respetar los aforos correspondientes.

Los vecinos sostienen que la ordenanza que establecía esta regla ya caducó ante la salida de las restricciones y la vuelta a la normalidad, además que hoy con las capacidades colmadas de bares y restaurantes esta medida es aliciente a generar mayores inconvenientes en la convivencia.

En tanto desde el sector que representa a la actividad gastronómica sostienen que hay una ordenanza anterior a la pandemia, aprobada en 2017, que habilita  la ampliación de los espacios para mejorar la atención de los clientes.

Desde el Paseo Pellegrini, Alejandro Pastore dijo que dicha norma instituye la posibilidad de tener espacios denominados islas. Según el gastronómico la ordenanza “es por demás de clara”, además establece la delimitación y cantidad de espacio y los usos que se les pueden dar a estas locaciones.

El empresario aseguró que lo sucedido en la pandemia fue un decreto del intendente Pablo Javkin que dio más permisividad a esta norma vigente. En ese sentido señaló que si hay alguna persona perjudicada por este tipo de espacios “deberá hacer la denuncia correspondiente”  

Asimismo adujo que la actividad gastronómica en la ciudad está regulada por más de 90 ordenanzas, por lo cual la idea del sector es que se efectivice una norma única que vincule a la actividad desde diversos lugares, entre ellos el uso de los espacios públicos. Por lo tanto, adelanto que en la próxima semana presentarán en el Palacio Vasallo un proyecto de ordenanza, donde sea incluido en concepto de “islas callejeras”, para recibir a sus clientes.