Un hombre y su mujer recibieron una dura golpiza por varios hombres. Cuando se iban, los amenazaron de muerte a ellos y a sus dos hijos de 5 años, con trastorno del espectro autista (TEA). El ataque fue el episodio final de una serie de amedrentamientos que vienen sufriendo por parte del “dueño del barrio” que apunta a tomarle la casa. La policía no actúa a pesar de los antecedentes penales del atacante y de las varias denuncias que hay en su contra.

Este sábado a las 15, C.C., como se lo mencionará para preservar su identidad, recibió una dura golpiza por parte de J.A. y dos hombres más familiares del atacante. Cuando su mujer se metió a separar también la golpearon a ella. La empujaron, le dieron patadas en el piso y le tiraron un botellazo de vidrio (que se estrello contra una puerta sin dañarla). Los agresores, antes de retirarse los amenazaron de muerte a ellos y a sus dos hijos, unos mellizos de 5 años con TEA.

La riña se inició tras un entredicho en el barrio, pero el ataque responde a una serie de amedrentamientos que viene sufriendo la familia del barrio Los Humitos, zona oeste de la ciudad, donde viven hace más de diez años. El atacante vive en la casa lindera a CC y esa cercanía podría ser el eje de todo el conflicto. “Buscan que nos vayamos para tener la casa, pero yo no tengo a dónde ir y si tuviese, esa es mi casa, no me parece justo”, plantea CC en diálogo exclusivo con Rosarioplus.com

En estos meses le han desmantelado un taller mecánico que tenía instalado en la propiedad, robándole soldadora, roto percuror, y demás costosas herramientas de trabajo. Han llegado a romper el tapial que divide las propiedades para meterse sin inconvenientes en su patio. Le han tirado basura a su casa y roto su moto, el medio de transporte que usa para moverse a sus trabajos. 

La denuncia radicada el 10 de enero de este año tras recibir nuevas amenazas.

Además de los daños materiales y personales, está también el fuerte impacto que cada uno de estos hechos violentos genera en sus hijos. “Ellos necesitan estar tranquilos. Yo los saco de mi casa y enseguida se alteran mucho. Les gusta estar ahí en su espacio. Pero las cosas cada vez están peor en el barrio”, plantea. 

Sus hijos requieren de acompañamiento permanente además de una serie de terapias para brindarles herramientas de sociabilidad. El Estado hasta ahora, poco a hecho al respecto. Pero nada en relación a la dificil situación de seguridad que atraviesa el barrio. 

“Fue difícil el diagnóstico, y luego conseguir el carnet de discapacidad porque fue todo durante la pandemia. Nosotros nos empezamos a dar cuenta de que algo no estaba bien, e insistimos a pesar de varias restricciones que se presentaban en el momento, hasta que logramos tener el diagnóstico”, cuenta. 

Nada de esto parece conmover ni mucho menos detener a los agresores. Se burlan de la condición de los hijos y este sábado amenazaron con matarlos. Cuando fueron a hacer la denuncia a la Comisaría 32, la misma que a principios de febrero fue baleada en bicicleta, les dijeron que no podían detenerlos porque tanto él como su mujer presentaban sólo lesiones menores. 

CC durmió en la casa de amigos y no volvió al barrio. Sin embargo, durante la madrugada del domingo su mujer tuvo que volver a llamar al 911, ya que desde la propiedad lindera, J.A. la amenazaba con prender fuego la casa con ella y sus hijos adentro. La policía nunca llegó.

A la policía ya acudieron en reiteradas oportunidades. Esta fue la gota que colmó el vaso por lo que decidió finalmente hacer pública la situación que atraviesa desde hace meses. “Lo único que pretendo es poder vivir tranquilo en mi casa”.