El oficial Rodrigo Capdevila, que al momento de producirse el crimen de Luis Medina y su pareja Justina Pérez Castelli trabajaba como investigador de las TOE, declaró este viernes en el juicio oral contra Esteban Alvarado y seis de sus cómplices, en el Centro de Justicia Penal. En su relato, contó cuáles fueron las hipótesis que se manejaron para conocer el móvil del homicidio, de diciembre de 2013 en la zona sur de la ciudad. Además aseguró que haciendo escuchas de personas vinculadas a la causa, detectó que en junio de 2014, Alvarado era extorsionado por dos periodistas porteños, que le pedían plata a cambio de no emitir en televisión un informe en contra suya, según contó el testigo en su declaración.

"Nosotros trabajamos con tres hipótesis –expuso Capdevila ante la pregunta de los fiscales Matías Edery y Luis Schiappa Pietra– Una era que había una persona de apellido Mena, que ocupaba el territorio que antes tenía Medina. Y que por un problema con él, Medina acciona provocándole la muerte. Y había también un problema con Monchi Cantero, por eso “Monchi” arregla con Alvarado la muerte de Medina. Esta gente eran el Oreja, el Ema Pimpi Sandoval y uno que le decían el Gordo", señaló el testigo.

De acuerdo con eso, Capdevila explicó la primera línea de pesquisa: la teoría de que un sector de Los Monos contactó a Alvarado para matar a Luis Medina, tal como sucedió el 29 de diciembre de 2013, en el Acceso Sur de Rosario.

"La otra hipótesis era la de lo visible y lo no visible. Medina se había retirado a la provincia de Buenos Aires y no necesitaba ocupar el territorio. Pero el fallido negocio de Esperanto lo había obligado a recuperar presencia y eso molestaba a Alvarado. En este marco, Medina habría accionado contra la esposa de Alvarado amenazando y la devolución fue la muerte", dijo el oficial de las TOE.

En la hipótesis Nº 2, se barajaba la posibilidad de que Alvarado hubiera encargado el crimen de Medina porque cuando se cayó el negocio de la franquicia del boliche Esperanto en Rosario, éste quería recuperar el territorio que había perdido cuando se había querido dedicar al boliche.

Otra hipótesis –reveló el testigo– es que había una deuda de Medina y de Alvarado con colombianos. "A esta gente la agarran en un operativo federal antidrogas. Y entonces cuando lo sindican como traidor a Medina, lo matan".

Según afirmó Capdevila, esas tres hipótesis le fueron comunicadas a la por entonces jueza penal Alejandra Rodenas.

"En este marco, me tocó hacer escuchas a Jorge Benegas. Sobre él, parte de lo que hacían con Alvarado, era los caballos. Y recuerdo que mostraba una inteligencia por encima del promedio. Siempre estaba muy despierto para activar negocios. Alvarado en ese momento estaba detenido en la provincia de Buenos Aires. Había un amigo de Benegas que corría en San Isidro y Palermo, se llamaba Rodrigo. Era un jockey que vivía en Buenos Aires. Ellos tenían el caballo “Cascarudo”, que era uno de los mejores que tenían (este es el que tenían a medias con Luis Quevertoque)", contó.

El investigador continuó: "Este muchacho, el jockey, es quien le presenta a Alvarado a quien termina siendo su abogado, que es de nombre Diego. Alvarado estaba recibiendo una extorsión de dos periodistas de Buenos Aires, que le pedían plata para no publicar informes contra él. Los periodistas eran Mauro Zeta y Facundo Pastor. Mauro Zeta le había sacado 150 mil pesos para no sacar el informe en televisión", afirmó Capdevila.