Los historiadores del futuro alguna vez escribirán sobre la Rosario de estos días. Y vaya uno a saber qué lugar ocupará en esos textos el furibundo crecimiento que experimentó el narcotráfico en la ciudad durante los últimos años. Lo que sin dudas deberá tener un lugar importante es la complicidad de una parte de la política, la Justicia y la policía con bandas como la de Los Monos o la de Alvarado: nombres propios que -duele decirlo, pero es innegable a esta altura- ya están asociados a la geografía rosarina.

La reflexión surge al final de una nueva jornada del juicio que se lleva adelante en el Centro de Justicia Penal, contra Esteban Lindor Alvarado y otros seis hombres, acusados de dos secuestros con posterior homicidio, más varios delitos de asociación ilícita y balaceras. Y el martes 29 de marzo, el testimonio que más se destacó fue el de Maximiliano Lencina, oficial investigador de la Policía de Seguridad Aeroporturia (PSA) que tuvo como tarea el seguimiento de líneas telefónicas y datos vinculados al narcotráfico en Rosario, entre 2013 y 2014.

Su relato, brindó una abundante cantidad de información sobre lo dicho en la apertura de esta nota. Con las palabras del investigador de la PSA se fueron revelando, durante casi dos horas, los estrechos vínculos de policías de la División Judiciales con los narcos. Lo insólito es que cada detalle de lo dicho ahora en 2022 en el juicio a Alvarado, forma parte de informes que hace ocho años tiene la Justicia Federal. La base de la información eran escuchas. En un momento, Lencina explica que el policía Luis Quevertoque le explicaba a otro integrante de la fuerza cómo había marcado los lugares de Circunvalación donde podría haber controles de Gendarmería. "Hacía de puntero o barredor, para los vehículos cargados con estupefacientes", explicó.   

Lencina comenzó a trabajar como oficial investigador en 2000, en la vieja Policía Aeronáutica en Aeroparque. Y con la creación de la PSA en 2005 fue pasando por varios destinos, hasta llegar a Rosario en 2013. Allí, recibe una denuncia anónima que había llegado en abril de ese año.  "Era una denuncia de identidad reservada que decía que Luis Medina y Esteban Alvarado eran socios y tenían cobertura de funcionarios políticos y de la policía de Santa Fe. Además, se daban datos de domicilios de los puntos de venta y tenía un croquis sobre cómo estaba organizada la banda desde la primera a la cuarta línea, inclusive se decía cuál era el brazo armado. De Alvarado, se dejaba en claro que a pesar de estar detenido, seguía manejando la organización".

Parte importante de lo que recolectó de allí en más, fue revelado en la audiencia de este martes. Lencina habló por ejemplo de cómo en aquel tiempo empezó a aparecer en los radares de la PSA la firma Logística Santino, empresa de transporte de camiones que está cerca del estadio de hockey en Rosario- y está a nombre de Rosa Capuano, esposa de Alvarado. "Hicimos un informe sobre su movimiento económico. También sobre compra y venta de vehículos. Lo que vimos es según la constancia de la AFIP, Capuano llevaba un nivel de vida no acorde a lo que tenía inscripto, con la categoría más baja del monotributo. En una de las escuchas, por ejemplo, Alvarado le cuenta a su socio Jorge Benegas que su mujer había ido a Estados Unidos y que en cuatro días había gastado cuatro mil dólares, que por eso le tenía que mandar más plata". 

Uno de los interrogantes del fiscal Matías Edery fue cómo le decían a Alvarado en las conversaciones diarias. "Benegas, de permanente diálogo con él, le decía Jaime o Jaimito", explicó Lencina. La referencia es clave porque después del secuestro de Lucio Maldonado de fines de 2018 -que está siendo sometido a juicio- la banda enviaba mensajes entre ellos diciendo "Avisale al Primo Jaime que vamos para allá", cuando salían en dirección de de la finca de Alvarado en Piñero.

Otro de los momentos destacados del relato del agente Lencina fue la mención al policía Luis Quevertoque, el ex Subjefe de la División Judiciales de la policía santafesina que había investigado a Los Monos con el Juez Vienna y que se comprobó luego, se había vinculado a la banda de Alvarado pasando valiosa información. Pero la relación llegó más lejos "En los audios hablaban mucho de los caballos. Quevertoque tenía un caballo a medias con Alvarado, creo que se llamaba Cascarudo", dijo Lencina.

El corredor Tanzi y "La Tota" Britez

Una de las personas que aparece en las escuchas es Aurelio Tanzi. "¿Quién era", le preguntó el fiscal Edery a Lencina. "Era una especie de corredor inmobiliario, pero del narco. Ya tenía antecedentes en la PSA y en Gendarmería. Él tenía los contactos con un correntino, que hablaba con el proveedor la marihuana. Y aparece teniendo muchas reuniones con Quevertoque y con José Luis Britez, alias La Tota. Éste último tenía muchas visitas a Alvarado, tiene además contactos con Benegas y coincide en movimientos migratorios con Lucio Maldonado. En ese viaje en auto, cruza la frontera con una mujer y con el llamado David "Delfín" Zacarías". 

El testimonio del testigo brindó abundante información sobre agentes policiales en diálogo con la banda de Alvarado, sobre la forma en que se hacían los vuelos con droga desde el exterior y otros datos valiosos. Inclusive, detalló el caso de una avioneta que sufre un accidente en Bolivia, sobre la que PSA pidió información. "La patente de esa aeronave coincidía con datos que tenía Alvarado en su computadora. Y las dos camionetas Hilux que aparecían en ese incidente buscando los estupefacientes, estaban una a nombre de una persona de apellido Gargarella, denunciada por lavar dinero para Alvarado y la otra a nombre de Rosa Capuano".  

Lencina brindó detalles minuciosos de cómo se elaboraba cada informe de la PSA sobre Alvarado en los años 2013 y 2014. Los trabajos eran elevados a la Justicia federal, que hacía la vista gorda. "Esta persona que está acá con la camioneta es Luis Benegas", dijo luego cuando se le exhibían fotos de uno de los vehículos que cargaba la droga que llegaba en avioneta. "Paraguay - Santa Fe lo podían hacer ida y vuelta con esa aeronave, porque le sacan asientos y dejan sólo el del conductor, para tener más carga adentro y más combustible", reseñó también el investigador. La mejora de la autonomía de la avioneta fue uno de los puntos consultados por el fiscal.

"Estos son las cargamentos de combustible de la aeronave. Todas estas imágenes y videos estaban todas filmadas con un mismo teléfono, un Blackberry que pertenecía a Alvarado. Hay un video, en el que denominamos Hallazgo 13, en el que se lo ve a él manejando la avioneta y quien filmaba era su mujer, Rosa Capuano", explicó Lencina, consultado por Edery y Schiappa Pietra durante el juicio. 

En otro fragmento, Lencina reiteró en el Centro de Justicia Penal más datos que en su momento elevó por escrito. En total, los informes presentados fueron catorce y ponen seriamente en tela de juicio los criterios de actuación del Juzgado Federal 4 de Rosario, a cargo del doctor Marcelo Bailaque. Luego de relatar una de las reuniones de Tanzi y Quevertoque para organizar cómo bajar marihuana desde Corrientes a Rosario, contó que el 23 de diciembre de 2014 la PSA solicitó al juez la intervención de las líneas de Britez, del hermano de Alvarado y de Daniela Ungaro, la ex mujer de Medina. Una semana después, el 30 de diciembre, llega la respuesta de la justicia federal: el pedido de intervenir las líneas es denegado, a pesar del dictamen del fiscal federal y la Procunar. "El juez valoró que no hacía falta", detalló. 

Al finalizar el relato de Lencina y la audiencia del día 29, se dio el siguiente diálogo de RosarioPlus con un funcionario del MPA: "¿Viste esto que mostró y contó acá? Estaba todo al alcance de la Justicia Federal en 2014. Que si hubiera actuado a tiempo, nos hubiera ahorrado centenares de muertos en la ciudad".