Cuando el 25 de agosto dos pistoleros en moto descerrajaron una andanada de balazos contra la sede de la Agencia de Investigación Criminal, en Lamadrid al 500, sobre la calle dejaron un mensaje inquietante que ahora, tras el asesinato a sangre fría del inspector de policía César Carmona en ese mismo lugar, cobra un sentido que el fiscal Alejandro Ferlazzo quiere averiguar si es conducente o no.

Aquel papel garabateado advertía: “Nico Camino, Eric Masini, fiscal Edery, dejen de matar gente inocente. Si no, vamos a matar policías, jueces y fiscales”.

Los nombrados son Pablo Camino y Héctor Masini, dos miembros de la organización criminal Los Monos, que purgan condena en la cárcel federal de Rawson, Chubut. El tercero es el fiscal Matías Edery, quien junto a Luis Schiappa Pietra, había acusado y logrado en esos días otra condena contra Ariel “Guille” Cantero y otros miembros allegados por una serie de extorsiones mafiosas y el asesinato de un apostador en el casino City Center como derivación de esos chantajes.

Ahora la investigación del crimen del inspector Carmona sopesa una probable relación, como de amenaza cumplida. Es que además, Carmona había participado de la captura de un sospechoso de aquella balacera: Lautaro Núñez, de 21 años, quien está preso e imputado mientras avanza la investigación. Al ser detenido reveló que en una cárcel federal bonaerense alguien estaba ofreciendo 400.000 pesos a quien se atreviera a balear a un policía o a la sede de la AIC.

El policía asesinado este jueves había visto a los pistoleros que balearon el edificio de la AIC. Lo mataron este jueves al menos dos sicarios que lo siguieron hasta que descendió de su Ford Fiesta en Lamadrid al 500 para tomar servicio en la AIC. Le acertaron 8 de los 13 balazos con los que lo atacaron. Dos de ellos, al pecho, resultaron fatales. Carmona falleció minutos después en el Hospital Roque Sáenz Peña. 

Esta es la principal hipótesis que prospera en la pesquisa del fiscal Ferlazzo, a cargo de investigar el crimen del policía.