La fuga de ocho presos del penal de Piñero en la tarde del domingo, fue sumando elementos con el correr de las horas que la hacen todavía más cinematográfica. Por un lado, las autoridades del gobierno provincial señalaron en conferencia de prensa este lunes que se trató de un hecho inédito, porque nunca se había dado un ataque armado contra una cárcel santafesina, para propiciar el escape de detenidos. Además, se conoció que quien habría sido el organizador del operativo, debía declarar esta mañana acusado de dos homicidios y tiene un frondoso prontuario.  

En conferencia de prensa este lunes en la Sede de la Gobernación en Rosario, el secretario de Asuntos Penitenciarios, Walter Gálvez, planteó que en la cárcel de Piñero están alojados “los cabecillas de todas las bandas criminales”. Y a su lado el subsecretario del área, Jorge Bortolozzi, fue un poco más allá en la definición, al decir que los protagonistas del escape fueron “osados, temerarios y con capacidad militar”. Enseguida agregó: “No son chicos tiratiros que balean la casa de un funcionario, son personas con coraje, mal usado, pero coraje al fin”.

Ida y vuelta de Sukerman con fiscales

En la misma presentación ante periodistas, el ministro de Gobierno, Roberto Sukerman, apuntó a que fiscales y jueces muchas veces ponen trabas al Ejecutivo cuando se dispone el traslado de presos federales alojados hoy en cárceles provinciales. Planteó también que en Piñero hay 700 detenidos más de los que admite la capacidad del penal y que 200 de ellos son "de perfil alto" y muy peligrosos.

Unos minutos más tarde, desde la sede del Ministerio Público de la Acusación, habló el fiscal Franco Carbone, a cargo de la investigación: "En el recorrido de 200 metros que hay desde el primer cerco hasta el exterior de la cárcel, hay cuatro cámaras de seguridad, de las cuales tres  no funcionaban, algunas desde hace varios años", dijo.   

El perfil de uno de los fugados 

En este contexto, vale la pena detenerse en el perfil de uno de los detenidos que se escapó de Piñero y que se sospecha habría organizado el operativo. Se trata de Claudio Mansilla, alias "Morocho", que según informó el periodista Germán De los Santos, era quien comandaba el Pabellón 14 en el cual se alojaba. 

Mansilla es sindicado como lugarteniente de René Ungaro, detenido también Piñero por el asesinato del jefe de la barra de Newell's, Roberto Camino. El "Morocho", de 38 años, tenía que ser trasladado este lunes a las 7.30 hs al Centro de Justicia Penal de Rosario, para declarar por dos crímenes de los cuales está acusado, ambos ocurridos en septiembre de 2018.

El mismo Mansilla que ahora está prófugo de la Justicia, ya se había escapado de la misma cárcel en 2011, con la ayuda de dos mujeres, en un Fiat Tipo. Aquella vez, se lo pudo recapturar en la zona de Desvío Arijón. Y su esposa, que había participado del rescate, fue asesinada por su socia.

Entre los prófugos también está Alejandro Candia, que es la tercera vez que escapa de un penal santafesino en los últimos cinco años. En una de esas ocasiones, en mayo de 2019, tomó junto a otros presos el control del colectivo del Servicio Penitenciario en el que eran trasladados, para fugarse junto a ocho de ellos. Su condena original data de 2013, por un robo.