El ataque a balazos que sufrió una empleada de vigilancia del hospital Centenario activó un malestar que el personal de ese centro médico trae de arrastre: la inseguridad y la sensación de desamparo en ciertos horarios, a merced de situaciones de violencia recurrentes.

En este marco los trabajadores afiliados a UPCN en el hospital de Urquiza y Francia, hicieron visible su clamor con una asamblea.

El delegado de UPCN Juan Segueta aseguró que “las autoridades y los especialistas harán lo necesario, pero es mentira que hay seguridad acá, estamos solos, y los funcionarios nos tienen que dar la solución”.

Sobre las situaciones que se viven en lo cotidiano enumeró: “Han entrado a terapia intensiva y a los quirófanos con gente baleada adentro mientras operaban. No se los puede contener, vienen en banda y armados. La guardia es Camboya, vienen te patean la puerta con los heridos de bala. No solo en el Centenario, todas las guardias son pesadas y el personal de seguridad no puede hacer mucho, no estamos armados, a lo sumo llamamos al 911”, describió.

La vigiladora pertenece a la empresa privada de seguridad Advent, y el ataque ocurrió el domingo a la tarde, en el ingreso del edificio de Urquiza al 3000, luego de que la mujer les tomara datos a dos hombres al ingresar.

Y en torno a las medidas que confirmaron por estas horas las autoridades del nosocomio y de la policía, Segueta desestimó su efectividad: “Cada vez que hay un hecho refuerzan la vigilancia y a las dos semanas ya no hay nada, ni luz. Vengan de noche. Esto es tierra de nadie, nadie se preocupa. Van a estar dos días los refuerzos”.

Finalmente recordó que este tipo de situaciones ocurre desde hace tiempo: “Trabajo en el Centenario hace 40 años, y en 1988 mataron a puñaladas a una compañera, no cambió nada este tiempo, empeora”.

Propuesta de cabinas y puertas seguras

Desde la Unión Personal de Seguridad de la República Argentina Seccional Rosario (UPSRA) señalaron que rápidamente se tuvo contacto con la compañera y que exigieron una investigación “seria y efectiva hasta que los responsables estén presos”, dijo su delegado Ariel Batrichevich.

Destacó la necesidad de implementar herramientas "para garantizar mayor seguridad a los trabajadores que están cara a cara con el delincuente sin ninguna protección en ámbitos públicos -hospitales, dependencias administrativas del Estado- y privadas como bancos, sanatorios, entre otros.

Detalló que desde UPSRA pidieron “cabinas seguras donde el trabajador pueda ejercer su función y tener comunicación directa con la policía y con el interior del ámbito de trabajo”, así como “puertas seguras donde por pulsadores se habiliten los ingresos a los potenciales visitantes al lugar”. Son propuestas que “se deben debatir pero lo más urgente es ponerse a trabajar para dar respuestas. El vigilador no puede trabajar en un marco de ninguna protección”, cerró el gremialista.