El triple crimen que sorprendió a la ciudad de Rosario a finales de enero marcó un antes y un después en la violencia narco. David Giménez, conocido como “Maxi Rey”, su concubina, Érica Romero y su hija Elena, una pequeña bebé, fueron perforados por las balas e incendiados a bordo de su Audi TT al salir de un casamiento de alto perfil en el salón de eventos Campos de Ybarlucea, donde los novios cargaban con causas de tráfico de drogas en la Justicia Federal

En las últimas horas, la Justicia apresó a Fabián Gustavo Pelozo. La causa está a cargo de los fiscales Adriana Saccone, Javier Arzubi Calvo y la Procuraduría de Narcocriminalidad (PROCUNAR), diligente en las investigaciones de delitos de narcotráfico con el fiscal Diego Iglesias y Eduardo Villalba en Salta, en conjunto con la Agencia de Criminalidad Organizada a cargo de los fiscales provinciales Luis Schiappa Pietra, Matías Edery, Gastón Ávila y José Luis Caterina. El triple crimen los roza de cerca., aunque no fueron detenidos por la masacre de la familia, sino en una causa narco, existen vinculaciones con la investigación.

“Es una organización donde no sólo se está investigando la banda criminal, también se investigan algunos temas vinculados al lavado de activos. Nosotros tenemos pistas que nos llevan hacía la banda que se allanó hoy del cual participamos para obtener materiales para investigar”, aseguró Edery a Rosarioplus.com.

El fiscal remarcó que Pelozo, uno de los detenidos, “tenía vínculos comprobados con Giménez”, una de las personas asesinadas en Ybarlucea. “Entendemos que podrían ser vínculos relacionados con la venta de drogas, entiendo que ese es uno de los motivos por el cual la Justicia Federal lo detiene ya que van a ser indagados por una causa de narcotráfico”, agregó.

Pelozo tiene 34 años y trabajó en empresas vinculadas a la construcción, aunque se sospecha que su actividad principal es el comercio de drogas en el cual funcionó como un monje negro, llegando a tener cierto grado de poder. En los operativo realizados por Gendarmería y Policía Federal cayó también su socio y ladero Ignacio Quintana     

Y según la Justicia Federal, Pelozo era quien comandaba a Quintana, pero también era el segundo en una pirámide organizacional de venta de drogas con grandes movimientos de kilaje de estupefacientes, más precisamente cocaína.  

Pelozo trabajaba para un traficante sospechado de participar de la bajada de 382 kilos aparentemente realizada en septiembre de 2020 en un campo de Santa Fe por Adelaida Castillo, ligada al poderoso clan Loza, con base en Salta y condenado por lavado de dinero tras me cargamentos de droga a embarcados a España. Por otra parte, habrían proveído a distintos grupos. Dentro de uno de esos grupos, se cree, estaba Iván Giménez y Esteban Alvarado.

El hombre acribillado, que era conocido como “Maxi Rey”, de origen humilde, nacido y criado en Villa Banana, y con una carrera maratónica en lo económico, también fue mencionado por Carlos Arguelles, el arrepentido asesinado de dos tiros en la cabeza en septiembre de 2021, por supuestamente haber manejado dinero de Pelozo.

Se estima además que Pelozo mantendría vínculos de negocio con Esteban Lindor Alvarado, uno de los capos criminales más temerarios de Rosario. Sospechado de ser el cerebro de un grupo narco con ramificaciones en la política, la justicia y la policía, así como también una enorme capacidad para ocultar sus movimientos.

Entre los domicilios allanados hoy por los fiscales provinciales también se encuentra el de una mujer familiar del principal investigado, quien se desempeña como policía de la provincia de Santa Fe.

Además Pelozo y Quintana estaban a cargo de “organizar el apoyo logístico con vehículos, el predio para el aterrizaje, el acopio”  más las rutas y campos para mover la mercancía. Un dato incontratable es que el 21 de septiembre de 2020, tres días antes de que capturen a Adelaida Castillo, “Maxi Rey” fue visto ingresando a un domicilio en Ybarlucea ligado a la familia de la pareja de Pelozo con una mochila al hombro.

Hay pasajes mucho más inquietantes en el expediente que apuntan directamente al crimen. La relación entre ambos, en algún punto, se rompió. “Esta vinculación jerárquica entre Pelozo y Giménez habría tenido su fin a mediados de los meses de octubre y noviembre de 2021, donde se advirtió que este último dejó de utilizar sus teléfonos, como así también se lo dejó de ver en los lugares habituales donde era observado en las tareas de campo”, según sostienen un informe de la Justicia federal que tuvo acceso el diario Infobae.