El fiscal de Homicidios Gastón Ávila afirmó que “hay alto grado de certeza” para considerar que los docentes Damián Reifenstuel y Ariel Cabrera participaron de la agresión a piedrazos el 30 de setiembre que causó la muerte de la joven Ivana Garcilazo, atacada en Ovidio Lagos al 1600 por vestir una camiseta de Central luego del clásico con Newell's. Son dos docentes amigos entre sí, se habían juntado para ver por televisión el clásico en casa de un tercero, y recién luego del final decidieron ir hasta cercanías del estadio leproso donde ocurrió el ataque mortal.

Ávila habló en conferencia de prensa este miércoles a mediodía para solicitar a la población colaboración en delatar a los sospechosos, que están declarados como prófugos de la Justicia y con orden de captura nacional.

“Ayer (por el martes) hicimos allanamientos en sus domicilios y en el de familiares tratando de lograr su detención, y como han hecho abandono de sus lugares habituales, tanto laborales como de residencia, estamos solicitando la colaboración de la ciudadanía para que pueda aportar datos en caso de que alguien los vea”, dijo el jefe de la pesquisa.

En el caso de Reifenstuel, se trata de un profesor de Química, con empleo en una escuela de Rosario y en un centro de formación laboral del macrocentro. En cuanto a Cabrera, es profesor de Educación Física, también en la docencia escolar y en el Club Deportivo y Social Lux, de barrio Ludueña, donde revistaba como preparador físico y coordinador de las divisiones inferiores del fútbol. Anteriormente también se desempeñó como profesor en la escuela de fútbol infantil de Newell's, “Malvinas Argentinas”.

“Me sorprende porque son personas que se dedican a la docencia con jóvenes, con menores de edad y un pilar de la sociedad está puesto en la educación de las personas. Eso nos llama a la reflexión a todos”, meditó el fiscal.

Ávila narró que luego de cometer el asesinato que estremeció a la ciudad aquel anochecer de sábado, Cabrera y Reifenstuel escaparon por distintos lugares y luego se llamaron por teléfono. Por la noche, ambos se reunieron en el domicilio de uno de ellos, en una localidad vecina que el fiscal no quiso revelar.

Precisó que el primero de los fugitivos “el mismo día después del clásico abandonó su rutina, dejó de usar su teléfono, dejó de asistir a la escuela donde daba clases con distintas excusas”. Y agregó que el segundo “continuó con su vida normal, pero cuando logramos su identificación se fue de su residencia habitual y cambió su apariencia física”.

Según la consulta con la Dirección Nacional de Migraciones, ni uno ni otro abandonó el país todavía.

Por otra parte, contó que ambos son socios del club del Parque Independencia, pero descartó que tengan alguna relación con la barra brava. “Ni siquiera se juntaron a ver el partido cerca del estadio, de hecho lo hicieron lejos, a más de 30 cuadras, y decidieron después ir hacia la zona de la cancha de Newell's. Ninguno de los dos viven cerca, ni siquiera residen en Rosario”, aportó.

Pero sí reparó en que Reifenstuel y Cabrera son amigos, y esa tarde se reunieron en lo de otro amigo para ver el partido. “Luego al menos tres de esos amigos decidieron ir hacia la zona donde ocurrió el homicidio”, dijo el fiscal. Por ello, aseveró que numerosos testimonios identificaron a ambos pero todavía no está claro cuál de los dos arrojó el piedrazo letal. Asimismo, descartó que el asesinato estuviera motivado por una cuestión de género, pero sí de odio por la rivalidad futbolística.

Ahora el responsable de la investigación espera lograr la captura de los fugitivos y de un tercero involucrado para imputarlos por el delito de homicidio agravado, según marca la Ley de Espectáculos Deportivos.