Dos directivos de una financiera de Corrientes y Córdoba recibieron una condena "light" por lavado de dinero, tras el juicio abreviado que acordaron sus abogados Carlos Varela y Adrián Martínez con el fiscal Sebastián Narvaja, instancia que fue homologada por el juez Gustavo Pérez de Urrechu. Lo que la Fiscalía pudo confirmar fue que en las oficinas de Cofyrco se cambiaron dólares que venían del circuito ilegal de la venta de drogas. Y por eso se decidió penalizar a los jóvenes empresarios con prisión condicional, el pago de una multa y trabajos comunitarios. Una pena que a priori parece leve, aunque fuentes del Ministerio Público de la Acusación aseguraron que la investigación proseguirá y que el fiscal tiene medidas en curso.

Quien recibió la pena más dura es Fernando Vercesi, titular de Cofyrco, que tendrá tres años de prisión condicional más el pago de una multa de 35 mil dólares y 400 horas de trabajo comunitario. Mientras que Guido Garay, directivo de la firma, aceptó una suspensión de juicio a prueba, por lo cual tendrá que depositar dinero y realizar tareas comunitarias. Ambos habían sido detenidos e imputados en marzo de este año, tras allanamientos a las oficinas de su financiera, en pleno centro de la ciudad. Pero esperaron en libertad el avance de la causa, al igual que Patricio Carey, otro de los dueños de la firma al que también se llevaron esposado en esa oportunidad. Este último, de apellido con renombre en el sector financiero, no recibió sentencia en el juicio abreviado que se acordó esta semana.    

Cómo se inicia la causa

Cabe recordar que la causa se abre tras un crimen en Granadero Baigorria en septiembre de 2020, que causó conmoción pública: Marcelo "Coto" Medrano, reconocido narcotraficante que había sido líder de la barra de Newell's, fue asesinado con quince disparos cuando bajó un jueves por la noche a comprar caramelos de menta en la estación de servicio YPF, a metros del Hospital Eva Perón.

La Agencia de Investigación Criminal peritó el teléfono de la víctima y allí se encontró con que unas horas antes de ser asesinado, había ido a comprar dólares a Cofyrco: había llevado 2.350.00 pesos para cambiar por 17.776 dólares. La pista derivó en que unos meses más tarde del crimen, en marzo de 2021, se hiciera un sorpresivo allanamiento en la financiera, en el que se pudo secuestrar documentación, dinero en moneda extranjera y detener a los directivos de la firma.

El dinero narco, su lavado y la sentencia

Según el mecanismo que pudo reconstruir la justicia a partir del crimen de Medrano y su teléfono, éste había comprado moneda extranjera en la financiera céntrica. "Los fondos en pesos que Marcelo Alejandro Medrano ("COTO") cambió en las oficinas de Cofyrco S.A. eran el fruto de las actividades criminales en las que el mismo se encontraba involucrado, como única actividad económica desarrollada por el mismo, susceptible de explicar la magnitud del flujo de fondos que aplicaba a las referidas maniobras de compra ilegal de divisas", planteó el escrito judicial. 

El mismo documento advierte: "Las evidencias indicaron que, en los registros de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), relativos al perfil fiscal de Medrano, no registraba en sus 45 años de vida,  actividades económicas lícitas, susceptibles de ser declaradas activas". La hipótesis de trabajo es que los dólares servían para comprar la cocaína en el exterior.

Los titulares de Cofyrco admitieron haber realizado esa operación del día del asesinato, por lo que pagarán una multa por el doble del dinero que comercializaron: es decir, los 17.600 dólares que habían vendido al líder narco. Tendrán que abonar en pesos y a cotización oficial.

Está confirmado también -según las actas del juicio abreviado- que la financiera vendía dólares por fuera del circuito legal y sin estar habilitada para tal fin. Según consta en el acta judicial, "Cofyrco no contaba con autorizaciones del BCRA para operar en la compraventa de divisas, ni para tomar ahorro público o hacer intermediación financiera". Ni tenía habilitación de la Comisión Nacional de Valores para operar bajo los regímenes previstos por la Ley 26.831.

Pero además, cuando fueron allanadas las oficinas de Corrientes y Córdoba, se encontraron 174 DNI que habían sido denunciados por extravío o robo. Según informó en su momento el fiscal Narvaja, la mayor parte de esos documentos se habían perdido en el boliche Sr Ming, dónde en febrero de 2020 sucedió la muerte de Carlos "Bocacha" Orellano, ratificando la denuncia que planteó oportunamente el padre del joven que apareció muerto en el río Paraná, tras haber ido a bailar a la zona de La Fluvial.

Según el mismo Narvaja, se acreditó que con esos documentos perdidos, se habían realizado operaciones de compra de dólares a valor oficial, sin que sus titulares asumieran haberlo hecho. No obstante, en la condena que se conoció ahora a Vercesi y Garay, no se buscaron más datos sobre los motivos para la existencia de esos DNI en la financiera. "La investigación por ese tema seguirá por otra línea, no quedó incluida en el abreviado", explican en el MPA.

Aunque el interrogante, además de la situación de los DNI perdidos y la compra de dólares que llegaban luego a la financiera sospechada, es hasta donde profundizará la justicia la investigación por lavado que se abrió con el crimen de Medrano. Es que tirando del hilo que quedó a la vista por este impactante crimen narco, pareciera que es posible reconstruir el camino entre las balaceras plebeyas de los márgenes de la ciudad y el delito de guante blanco en las elegantes oficinas de la City. 

¿Se sabrá alguna vez si era habitual que Medrano busque moneda extranjera en esa oficina? ¿Se conocerá si era el único narco que lo hacía? Suena poco probable que esa operación realizada poco antes de su asesinato, haya sido la única. Y que el circuito de la "plata sucia" en Rosario no haya tenido en Cofyrco una parada frecuente.

Por ahora, lo que se probó es que ese jueves de septiembre de 2020 que terminó siendo trágico, hubo en Córdoba y Corrientes una venta de casi 18 mil dólares por fuera del circuito financiero, a un comprador que no tenía actividad económica demostrable. Por ello, se otorgó a los condenados una penalidad acorde al delito comprobado, relativamente menor.

Lo que sigue, está en manos de la justicia y del fiscal Narvaja. Aunque uno de los actores está muerto, los otros involucrados en la trama gozan de muy buena salud. Si la investigación no se profundiza, la pena que han recibido los dos jóvenes financistas no será más que una anécdota para contar en alguna coqueta sobremesa de fin de año.