La transición entre los equipos del gobernador electo Maximiliano Pullaro y del saliente Omar Perotti arrancaron con algo de paz, a diferencia de la anterior en que el Frente Progresista dejaba el gobierno después de 12 años y no asimilaba la derrota. Claro que esta paz puede mantenerse solo un tiempo hasta que el proceso de recambio empiece a tomar temperatura con cuestiones finas.

Rápidamente se envió señales de coincidencia en la confección del Presupuesto 2024 con el que administrará la gestión entrante, tema que siempre empantana todo. “El gobernador tiene la decisión de no mandarlo él. La idea es acordar los términos de una prórroga y que lo termine de elaborar el gobierno entrante sobre la base de lo que tenemos elaborado”, avisó el ministro de Gestión Pública.

Por su parte, Pablo Olivares, intrigante del equipo económico de Pullaro y con todos los números para ser ministro, reveló que se planteó la posibilidad de que la nueva administración tenga algún grado de incidencia para “ir incorporando algunas cuestiones que va a necesitar para poder comenzar a implementar acciones desde el primer día de gestión y tener planificadas políticas públicas”.

Por ahora es sólo una cuestión de voluntad y expresión de deseo. Distinto será cuando empiecen a confeccionarlo. También será clave el humor a partir de esta semana que viene cuando empiecen a mostrar los números de las diferentes áreas de gobierno, sobre todo los de Economía. En el pullarismo creen que ya hay necesidades financieras.

La situación de la obra pública y las deudas que se arrastran puede ser un tema que cuando se avance en profundidad pueda presentar algún cortocircuito. La reunión con la ministra de Infraestructura, Silvina Frana, sólo giró sobre todo el ámbito que incluye la órbita en ese ministerio, cómo encararon algunas cosas durante este tiempo y sobre la conducción de los organismos descentralizados. La información llegará en breve y seguramente se encuentren con las certificaciones impagas de algunos meses. ¿Dejarán las obligaciones de obra pública sin pagar? Ahí habrá una discusión.

La transición es un proceso lento, peldaño a peldaño, en el que nadie se maneja por generosidad o por una suerte de altruismo. A lo sumo buena voluntad dentro de un proceso en el que convergen o no, intereses cruzados.

“De ser adversarios en una contienda electoral a poder estar sentados hablando los términos de una transición colaborativa y constructiva me parece muy importante”, declaró el senador radical Lisandro Enrico. “Demasiado”, se podría agregar, teniendo en cuenta el nivel de tensión que existe en la política santafesina.