Casi sobre la medianoche apareció el gran vencedor de la jornada. Javier Milei se presentó en el bunker porteño de La Libertad Avanza ante una multitud de militantes que coreaban su apellido como futuro presidente y el cantito consabido: “La casta tiene miedo” y “Que se vayan todos, que no quede ni uno solo”.

“¡Viva la libertad, carajo!”, gritó tres veces el candidato presidencial y encaró el discurso con más calma. 

Milei se mostró satisfecho de “crear un proyecto liberal con proyección nacional y que llegue a ser gobierno. Construimos una alternativa competitiva que dará fin al kirchnerismo y a la casta política sucia y parasitaria que hunde a este país”, dijo.

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En base a la proyección de los números de estas primarias, Milei consideró la posibilidad de que La Libertad Avanza obtenga en octubre 8 senadores nacionales y 35 diputados en el Congreso.

Agradeció a sus fiscales y militantes para imponerse “a las trampas de la casta”. 

Y le dedicó una mención especial a su hermana, Karina: “Debo agradecer a el jefe, sin el jefe esto no se podría haber dado”. Acto seguido, dedicó el triunfo a “mis hijitos de cuatro patas” y enumeró el nombre de sus mascotas. 

“Hoy dimos el primer paso para la transformación de la Argentina. Hemos sido la fuerza más elegida en términos individuales. Hasta hace dos semanas venían operándonos diciéndonos que ni siquiera seríamos terceros. Okey”, se mofó.

“Somos los más votados –enfatizó el dirigente– porque somos la verdadera oposición, los que queremos el verdadero cambio, mientras ellos lo quieren con los mismos de siempre, los que hace 40 años que están en el Estado, los de buenos y malos modales. Somos los únicos en condiciones de sacar a la Argentina adelante”, exaltó.