La discusión en torno a la inseguridad pública, que acaba de deglutirse al tercer ministro de Omar Perotti, enfoca, erradamente, en quién tiene la culpa. Nadie quiere tenerla, claro está; todos la patean a la otra banda, más claro está.

En el orden provincial era cantado que las críticas caerían con mano de hierro y así fue. La cifra de un ministro por año de gestión es imposible de soslayar y la oposición lo asoció a la falta de plan. Sin embargo, el gobernador intentó sacarle importancia y disparó indirectamente a Maximiliano Pullaro, ministro de los cuatro años de gobierno del Frente Progresista: “Seguramente puede haber errores, pero no creamos que porque alguien tuvo un ministro tanto tiempo los resultados fueron mejores. No pongamos que si hay cambios es porque todo está mal.

Tweet de Maximiliano Pullaro

Fuego ¿amigo?

“Asombran las declaraciones de Perotti. El Gobierno nacional no ha dejado de invertir fondos nacionales para ayudar a resolver el problema de la ciudad de Rosario que lleva 20 años”, criticó el ministro de Seguridad Aníbal Fernández en Twitter a minutos de que Santa Fe se quedara sin cúpula ministerial. Cero timing, cero compromiso. 

La tarea del número uno de Seguridad del país no sólo es enviar recursos y que se arreglen, es poner el cuerpo. Santa Fe es de su incumbencia por más que haya un gobernador en funciones. “Los problemas los tiene él con su policía porque es su provincia”, sostuvo, que es más o menos decirle, que se arregle él. El poder político porteño, de todo el arco político, no entiende ni dimensiona el drama que supera a Rosario y de Santa Fe.

Perotti salió, sorpresivamente, a contestarle. "Sigue sin entender la realidad de Rosario", lapidó. Increíblemente, Aníbal Fernández la siguió y subió la apuesta: “El gobernador no entiende de seguridad, con lo cual que opine que no alcanza es casi una burrada. Él dice que no entiendo, pero el que no entiende es él”, replicó.

El rafaelino no aflojó y este sábado tiró la bomba: "El gobierno nacional abandonó a Rosario". Como serán las cosas que lo mismo dijo el intendente Pablo Javkin de la Provincia. 

El gobernador, por lo bajo, explica que fue el ministro el que lo subió al ring. La pregunta es por qué enfureció tanto el ministro de Seguridad ante un pedido más de mayor presencia federal. ¿Siente que Perotti se desliga y le tira la pelota? Las definiciones políticas parecen ser parte de la respuesta. 

En esta línea, otra pregunta: ¿Lo siente más como un opositor que aliado? ¿Banca la designación del nuevo ministro Claudio Brilloni, o le recuerda su pasado como jefe del Comando Unificado que desembarcó en Santa Fe con la entonces ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, ahora precandidata presidencial de Juntos por el Cambio?  

De hecho, parece haber algunas raspadas hacia el gobernador, quien no se caracterizó en estos años por ser un aliado del gobierno de Alberto Fernández por más que pertenezca al Frente de Todos. El canal C5N, vinculado editorialmente con el gobierno nacional, abordó el tema como nunca, incluso con un móvil permanente en Rosario. Pantalla y hacha. 

La vorágine política no permite hacer una pausa, frenar la maquinaria de poder, y pensar en resolver, sea cual sea el costo político. Nadie da el paso al frente con un gesto. Los pedidos de ayuda nacional revelan que la provincia sola no puede, no hace pie, no sabe. Por eso es precisa una política nacional, suprapartidaria, sin ventajas, que logre al menos bajar los índices y la conflictividad.