Demora y ansiedad

No hay novedades pero sí ansiedad en la transición local. Al menos por parte del equipo del intendente electo y del propio Pablo Javkin para encaminar de una vez por todas los planes de gestión. Por el momento la bravura del mar no se avizora pero tampoco se descarta.

El gabinete entrante tiene por delante al menos un mes y medio para oficializarse, más allá de algunas operetas que se escucharon durante la semana.

Primero lo primero: conocer al detalle con lo qué se encontrará la nueva gestión. Es decir, afinar los papeles de la transición. A partir de eso, como se dijo en esta sección semanas anteriores, se definirá el perfil del equipo y la impronta que se le dará a los primeros meses de gestión.   

La ansiedad por conocer el blanqueo de la gestión de Mónica Fein se debe a lo meramente operativo por estos días. Javkin sabe que enfrentará un estado de situación complicado. Por un lado lo estrictamente financiero, como por ejemplo el pasivo con proveedores, pero también la pelota que se puede armar si hay personal que baja de la Provincia, contratos y precarizados. Trascendió la posibilidad de fusionar áreas pero nada está definido. 

Omar Perotti y Javkin tienen una buena relación, cuestión que será útil cuando se sienten cara a cara. Lo harán más adelante. Hubo conversaciones para empezar a contactarse, pero las reuniones para negociar, entre otras cosas continuidad de políticas y recursos, se dará las próximas semanas, según entienden desde el PJ.

El coordinador peronista de la transición, Rubén Michlig definió a Rosarioplus.com: "Rosario y ciudad de Santa Fe, se necesita un acuerdo político con el gobierno provincial para poder funcionar".

 

Fuerza en la Legislatura 

La ofensiva del PJ santafesino contra el Frente Progresista tras coronarse con la gobernación no sólo se reduce a la transición y el déficit proyectado. Busca tributar también desde la Legislatura y exponer al gobierno actual. La reconstrucción de las fuerzas de poder y de lo que será la oposición a partir del 11 de diciembre ya se empieza a medir.

El jueves, diputados provinciales del interbloque del PJ expresaron su preocupación por “la falta de voluntad política y rapidez” de sus pares del Frente Progresista para darle sanción sobre tablas al expediente 36.771. ¿Qué es este expediente? faculta a las localidades de Santa Fe afectar hasta el 50% del destino de ciertos fondos provinciales para ser aplicados a gastos corrientes. Es decir, una suerte de autonomía financiera pasajera.

A tres meses del traspaso de mando y de cambio de gobierno tras 12 años socialistas, el nuevo escenario político va mostrando sus primeras cartas. Hay un dato que no es menor para los próximos cuatro años: el gobernador será justicialista, pero la mayoría en la Cámara de Diputados será del Frente Progresista y posiblemente encabezada por Miguel Lifschitz. Sin embargo, los movimientos del radicalismo provincial prometen traer novedades.

Macri, el errante

Mauricio Macri comenzó la segunda etapa de la campaña con el freno de mano puesto. Por un lado, debido a la cuesta arriba que significa la enorme diferencia que le sacó Alberto Fernández en las Paso y, por otro, por el modo en que enfocó sus discursos: livianos, sin polarización y poco ánimo.

Estuvo en la región inaugurando una conexión ferroviaria para agilizar el transporte de granos desde los puertos ubicados en la zona de Timbúes. También se reunió con empresarios locales donde les pidió que hagan un esfuerzo más para pagar el bono de $5.000 a los trabajadores. “¿Cuánto más esfuerzo quiere que hagamos?, fue la respuesta, obvia a esta altura de la noche.

No sólo tuvo su frase desafortunada en Pérez con los empresarios de la región sino también en el Consejo Profesional de Ciencias Económicas de la Capital Federal. Allí quiso mimar a la clase media que en las Paso no lo acompañó como sí lo hizo en gran parte en 2015 pero terminó cometiendo una estigmatización.

“Cada medida que tomamos busca llevar tranquilidad a las familias y sobre todo a la clase media, que siempre se dedicó a trabajar”, dijo. Como si el resto de los sectores socioeconómicos se ganaran el pan de una forma no digna. Los errores no forzados como el mencionado se repitieron durante los cuatro años de gestión, aunque, con la suerte ya echada, terminan de evidenciar un presidente que no logró estar a la altura de la investidura.