Acrecentando la política de licuación y ajuste del Gobierno nacional, el Banco Central de la República Argentina (BCRA) volvió a bajar las tasas de interés, esta vez con una reducción de 10 puntos.

De esta manera, la tasa de política monetaria pasó de un 80% a un 70% anual, alegando una desaceleración inflacionaria y ratificando la decisión de mantener los rendimientos de los ahorristas por debajo de la inflación.

Inmediatamente se comunicó esta disposición del BCRA, los bancos redujeron la tasa de interés que otorgan por los plazos fijos en porcentajes incluso menores al 70%, como por ejemplo los 65% del TNA del Banco Nación.

Desde la asunción de Santiago Bausili a la presidencia del organismo, se informó que la meta era bajar la tasa de interés del 133% que se otorgaba en aquel entonces a 100%, y ya en marzo se había reducido al 80%.

Además, también se desactivó la obligación de las entidades financieras de pagar una tasa de interés mínima por depósitos a plazo fijo, con la excusa de fomentar la competencia entre las entidades bancarias.

Entre algunos posibles efectos, en este contexto recesivo, esperan que esta reducción de la tasa estimule la aparición del crédito, que había quedado en desuso a comparación de períodos anteriores.

Otra medida dispuesta por el BCRA es la modificación del encaje sobre los saldos en cuentas a la vista remuneradas de fondos comunes de inversión de money market, pasando de 0% a 10%.

"Esta medida avanza en la dirección de normalizar el tratamiento regulatorio prudencial de cuentas de naturaleza similar", señaló el Central.

Además, también anunciaron la desactivación del swap con el Banco Internacional de Pagos (BIS, por sus siglas en inglés).