En los tiempos que corren, cuesta creer que aún hay personas que no disfrutan las bondades de tener cuenta corriente, o cualquier otro producto bancario.

Es por ello que, a través de este artículo, se hará un repaso para todos aquellos que desconocen el funcionamiento de una cuenta corriente. La misma les permitirá comenzar a administrar su economía personal de una manera más eficiente.

Conocé a continuación qué son, para qué sirven, cómo abrirlas y los beneficios de las cuentas corrientes.

¿Qué es una cuenta corriente?

Una cuenta corriente es un instrumento financiero otorgado por las entidades bancarias. La misma permite realizar múltiples operaciones entre las cuales se pueden citar: pagos de servicios, ingresar o retirar dinero y contratar otros productos, como préstamos personales.

Adicionalmente, las cuentas corrientes son una de las herramientas más prácticas para administrar mejor el efectivo: al operar con tarjeta de débito, cheques o por la ventanilla del banco, se evita tener consigo sumas considerables de dinero en la billetera. 

Con la cuenta corriente, todos los depósitos que se realizan quedan disponibles de manera inmediata para cuando el titular lo disponga. Es por ello que una cuenta corriente es la opción más fiable para mantener el dinero seguro.

¿Qué es y para qué sirve una cuenta corriente?

Para qué sirven 

Además de las operaciones básicas citadas anteriormente, las cuentas corrientes sirven para mucho más que solo administrar las finanzas personales, pueden ser utilizadas:

- Como método de pago, ya que puede ser utilizada como cuenta nómina. 

- Para crear un perfil crediticio. Este es importante para acceder a otros productos tales como tarjetas de crédito o préstamos hipotecarios. 

Es por ello que las cuentas corrientes son la puerta de entrada al mundo financiero.   

Cómo abrir una cuenta corriente

En la actualidad, abrir una cuenta bancaria es una de las operaciones más simples que se pueden realizar. Gracias a las tecnologías de información aplicadas a los sistemas bancarios es posible realizar esta transacción en menos de cinco minutos, a través de las páginas webs de dichas entidades.

Con lo cual, además de ahorrarse el viaje al banco, se puede realizar desde la comodidad del hogar en cualquier momento del día. Por supuesto, son necesarios con ciertos requisitos básicos que son muy fáciles de cumplir:

- Documento de identidad vigente.

- Comprobante algún servicio, donde se detalle el domicilio del solicitante.

- Último recibo de sueldo. En caso de ser trabajador independiente se presenta una certificación de ingresos.

- Con estos documentos en mano, se procede a completar el formulario digital con los datos personales (DNI, CUIL y fecha de nacimiento), de contacto (celular y correo electrónico) y laborales (ingresos netos y tipo de actividad).  

Al terminar de completar cada campo, se envía el formulario y queda esperar las indicaciones del banco para comenzar a operar la cuenta. 

¿Qué es y para qué sirve una cuenta corriente?

Los beneficios 

- Administrar el dinero con mayor comodidad, es uno de los principales beneficios de tener una cuenta bancaria. En particular las cuentas de corrientes también ofrecen:

- Manejar los fondos con diferentes instrumentos: tarjetas de débitos y cheques.

- Adherir a pagos automáticos de los servicios más utilizados en el hogar. Por ejemplo: Internet, luz, gas o el plan del celular. 

- Según el banco, cada movimiento que se realice con la cuenta corriente genera puntos que son canjeables por una amplia variedad de premios (productos o experiencias); así como descuentos exclusivos en comercios puntuales. 

- Realizar operaciones digitales. Al abrir una cuenta corriente, los clientes tienen acceso al homebanking, desde donde se pueden realizar transferencias bancarias, consultar los movimientos de la cuenta, entre otros. A este se puede ingresar desde la computadora, tablet o a través de la aplicación móvil del banco directamente en el celular. 

- Por último, cabe mencionar que permiten realizar pagos diferidos con cheques en caso de no contar con suficiente dinero disponible en el momento, ya que el banco puede autorizar un sobregiro en la cuenta.