Un artista rosarino que lleva su arte por todo el mundo desde su temprana juventud, vuelve acompañado para dar a conocer el espectáculo Voces del flamenco, con una completa comitiva de bailarines y músicos cordobeses y de Buenos Aires.

Gabriel Arango lleva sus bailes andaluces por todo el país y hasta trabajó temporadas en otros países, y este domingo muestra el show que dirige, en Plataforma Lavardén a las 21, con un precio muy accesible, y para contar “sobre las voces, los legados de nuestros maestros, que son huellas en la construcción como artistas en el crecimiento”.

Aunque toca las castañuelas y el cajón peruano, en esta oportunidad mostrará la gracia de su danza, que “en esencia busca transmitir la pasión, la fuerza y la búsqueda de la verdad personal”, contó en diálogo con Rosarioplus.com.

Es que el origen de esta tradición española toca de cerca al artista rosarino, ya que sus abuelos inmigraron desde Andalucía, y el propio Arango comenzó los zapateos de danza flamenca en el Centro Asturiano a los incipientes 16 años, cuandi vivía en la zona sur de la ciudad. El llamado de este camino fue mayor, y cuando cumplió 22 años partió a Buenos Aires a perfeccionarse, y ya a sus 30, se encontraba viviendo en Madrid, en busca del baile profesional.

Allí se encontró con los orígenes familiares: “Aprendí que el flamenco se vive de una forma tan intensa que sólo se puede transmitir si se ensaya todos los días de la semana, cuando en Argentina es sólo una o dos veces a la semana”, precisó.

Vinieron luego viajes con shows en Estados Unidos, y en varios países africanos, ya que al fin y al cabo, Arango recordó que “el origen del ritmo y la percusión en el mundo viene de ahí”, y conoció Marruecos, Tunez, Madagascar, Sudáfrica, Tunez, Mozambique.

La música del flamenco se originó en el siglo XVIII en el sur de Andalucía en las clases bajas, a modo de protesta, y fue recién un siglo después que se incorporaron las danzas. Finalmente en 1915 el show se profesionalizó y se popularizó en los teatros españoles, para luego exportarlo en el mundo.