Cómo la tecnología puede ayudar a las organizaciones de Derechos Humanos, que aprovechen el universo de posibilidades a su favor y no quedar fuera del mundo digital. Cómo contribuir a su presencia en redes sociales, en la web, soportes que pueden erigirse como la plataforma adecuada para conseguir objetivos tan importantes como la restitución de la identidad de un nieto apropiado en la dictadura. Tal ha sido la inquietud planteada hacia el interior de REDJAR, la cooperativa de software con base en Rosario. 

Manuel Leiva, integrante de REDJAR, entrevistó vía zoom a Guillermo Palavecino, miembro de la cooperativa Animus, que es miembro de FACTTIC (Federación Argentina de Cooperativas de Trabajo de Tecnología Innovación y Conocimiento) y a Irene Strauss, miembro del equipo de difusión de Abuelas de Plaza de Mayo, para hablar sobre cómo la tecnología puede ayudar a los procesos de memoria y de derechos humanos. Actualmente estas dos organizaciones se encuentran trabajando juntas en la nueva web de Abuelas y en otros proyectos venideros. 

Manu Leiva, de REDJAR.
Manu Leiva, de REDJAR.

—¿Cuál fue la necesidad de cambiar la página web de Abuelas?     

Irene: —Abuelas tiene una web desde el año 2000 que fue reestructurada varias veces. La última es del 2014 y con la irrupción de las redes en el día a día, nuestra página quedó desactualizada. Los nietos que estamos buscando están en el rango de 40 a 45 años, no son nativos de esta tecnología pero son una generación “adoptiva”. Por eso necesitábamos cambiar la web. Nos juntamos con FACTTIC, porque además del servicio tecnológico precisamos de una cuota de empatía. La web de Abuelas tiene particularidades que no tiene otra web, por eso era esencial que del otro lado nos escuchen para que sepan cuales son nuestras problemáticas, a quienes nos dirigimos. El nuestro es un caso especial, por eso elegimos a FACTTIC que tiene una base militante de solidaridad y de trabajo colectivo”.

—¿Cómo es el proceso para entender una organización con tantos años y con objetivos como los que tiene Abuelas? 

Guillermo: —Con las marchas virtuales del 24, cuando no se podía marchar por la pandemia, fue un proyecto que salió muy bien y en base a eso se trató de iniciar la nueva web de Abuelas. En este caso, pusimos por delante la sensibilidad para transmitir desde algo que puede ser frío como una web, lo que Abuelas estaba buscando. Es decir, mantener la lucha, sostener la memoria y seguir peleando por la justicia. La web necesita un contenido emotivo para poder transmitir el trabajo de la organización. El objetivo claramente es encontrar a los nietos que están faltando.

El proyecto tiene varias etapas: no arrancamos trabajando como se suele hacer sino que empezamos con un taller de comunicación, como un relevamiento para tener una idea de cómo era el proyecto, objetivos, etc. y a partir de eso empezamos a hacer bloques de contenido y finalmente se empezó a diseñar y a programar la base de datos. 

Creo que lo más importante es abordar la empatía y el foco de lo que estamos trabajando, nos pasa de estar trabajando y uno se emociona lo que marca lo emotivo de este proyecto.

Guillermo Palavecino, de Animus.
Guillermo Palavecino, de Animus.

—Abuelas tiene más de 45 años de historia peleando por la recuperación de la identidad de las personas. ¿Cómo la tecnología va acompañando ese proceso? 

Irene: —La tecnología es fundamental porque Abuelas fue creciendo con las nuevas generaciones, de la misma manera que primero iban a los jardines de infantes a ver si los podían reconocer por la cara , luego se pasó a las primarias, a las secundarías y así con el paso del tiempo fueron cambiando las cosas, ese cambió fue acompañado por la tecnología. La primera tecnología digital fue en 1999: digitalizamos el libro de casos que recopila historias de nietos que la asociación estaba buscando; primero lo hicimos en CD y luego lo pasamos a la web cuando en el 2000 conseguimos un servidor. Así empezó la web de Abuelas. Con el tiempo nos fuimos aggiornando y abrimos cuenta de Twitter, Instagram y Facebook. Hoy no tiene tanto sentido publicar solicitadas en un diario por ejemplo, sabemos que es más probable que lleguemos por lo digital. De hecho tenemos historias donde los nietos reconocieron a sus padres a través de las fotos de nuestra web".

—¿Cuáles son los próximos pasos que puede dar la tecnología para ayudar a Abuelas? 

Irene: —Por un lado estamos trabajando con la nueva web, por otro lado estamos trabajando con el CONICET para estudiar  cuestiones que tienen que ver con el reconocimiento facial. Algo que ya se usa para controles migratorios, seguridad, etc. Nosotros lo que estamos intentando es juntar un conjunto de fotos de familiares del nieto o nieta que estamos buscando, para poder encontrar patrones biométricos que eventualmente podrían identificar cierta familiaridad, para poder hacer un recorte y ayudarnos a realizar nuestra tarea. Es algo que sabemos que tiene sus polémicas y por eso recién lo estamos investigando.  Lo que buscamos es una alternativa que pueda acortar los tiempos. 

Irene Strauss, de Abuelas de Plaza de Mayo.
Irene Strauss, de Abuelas de Plaza de Mayo.

—¿Por qué estos proyectos los toman las cooperativas y no grandes compañías? 

Guillermo: —Las cooperativas ya tenemos un camino allanado en lo que es la cooperación y la búsqueda de este tipo de proyectos, nos resulta prioritario el impacto social de este tipo de causas. Lo que nosotros hicimos fue armar un equipo de múltiples cooperativas como la del Maizal, de Berazategui, la de Diseño, en Buenos Aires, la IT10 de Córdoba, y nosotros de Animus, en Bariloche. Eso hace que seamos diversos en conocimiento y con una representación federal que nos permite encarar el proyecto desde distintas aristas, que en este caso particular era muy necesario para los objetivos de Abuelas.