Con una clara caída en el número de contagios diarios el último mes, de la mano de un clima que permite pasar más tiempo al aire libre, una parte de los rosarinos parece sentir que el coronavirus ha quedado atrás. Al menos esa es la sensación al ver, otra vez, imágenes de jóvenes bailando en las islas, sin distanciamiento y con pocos cuidados. Al mismo tiempo, aunque haya bajado la ocupación de camas críticas, desde el sector sanitario advierten la preocupación por un relajamiento que podría traer consecuencias.  

Desde este fin de semana largo, se permitió el regreso del turismo dentro de la provincia y también las piletas de los clubes Rosario, así como habían vuelto los deportes de contacto hace pocos días. El funcionamiento de cada actividad está protocolizado y hay buena disposición a utilizar barbijos, respetar burbujas intrafamiliares y usar de alcohol en gel. No obstante, no todos se cuidan igual que hace un mes, cuando había contagios de tres cifras por día en la ciudad. Pero la realidad de otros países demuestra que bajar la guardia puede ser fatal. En Europa, por caso, la segunda ola de la pandemia está causando más muertes que la primera. Y aquí mismo, los hospitales siguen lidiando con la enfermedad.

Este mismo martes, de hecho, habrá dos postales en paralelo que reflejan esta contradicción. Mientras las lanchas cruzan el Paraná para aprovechar un nuevo feriado a pleno sol, la comunidad del Hospital de Emergencias Clemente Álvarez, despide el cortejo fúnebre de Miriam Soto, otra enfermera fallecida por Covid.

En este sentido, el Secretario de Salud de Rosario, Leonardo Caruana, señaló en declaraciones periodísticas: “Si bien tenemos un horizonte muy cercano con la llegada de las vacunas, nadie puede decir por esta evolución de casos que continuaremos igual, teniendo la vuelta de la mayoría de las actividades y mucha circulación de personas, inclusive entre provincias, algo que seguramente se repetirá en las próximas semanas por las Fiestas y las vacaciones. No puedo asegurar que no retornemos a un escenario complicado”. 

Respecto al comportamiento de quienes dejan de cuidarse, Caruana indicó: “Habrá múltiples explicaciones a esto de priorizar lo individual, con parte de la población que desafía casi caprichosamente los cuidados, poniendo en riesgo una evolución sanitaria que se viene dando, justamente, porque la mayor parte de la población se viene cuidando. Pero la suma de actitudes de descuido, aumenta el riesgo de contagio”.