Especialistas de la facultad de Ciencias Exactas, Ingeniería y Agrimensura de la UNR analizaron líquidos extraídos del perímetro del predio del Relleno Sanitario de Ricardone, al cual la ciudad envía su basura desde hace 20 años, y encontraron “altos niveles de carga orgánica y metales como cromo, níquel y manganeso”, según revelaron tras el pedido de la ONG Taller Ecologista para examinar esos fluidos. 

Alertaron que esos líquidos contaminantes terminan encausando por canales pluviales hacia el canal Ibarlucea, que desagua en el arroyo Ludueña, y finalmente desemboca en el río Paraná, aguas arriba de la toma de agua de Rosario. 

“El líquido era de color intenso y fuerte olor, lo que ya sugería que se trataba de un efluente del relleno”, explicaron desde la ONG. En tanto, recordaron que este tipo de situaciones ya se había observado en otras oportunidades, “pero aquí se logró una constatación de mayor rigor y con el apoyo técnico de especialistas”.

El análisis arrojó valores altos para ciertos parámetros físico-químicos (DBO, DQO, Cromo total, Níquel y Manganeso), dando la pauta de que se trata de un lixiviado sin tratamiento. “El relleno sanitario no debería liberar lixiviados crudos, ya que corresponde que sean tratados dentro de la misma planta antes de su volcamiento”, detallaron.

Al respecto, explicaron que los lixiviados son líquidos que escurren de la montaña de basura y que contienen altas concentraciones de sustancias contaminantes, “por lo cual es necesario realizar un tratamiento adecuado antes de su descarga”.

El lugar autorizado para la descarga de los lixiviados, luego de su tratamiento, se encuentra en la zona sur de Rosario, en el punto de descarga operado por ASSA, en Ayolas y Acceso Sur. “Estos lixiviados sin tratar implican un peligro a la salud  de las personas, de la flora y de la fauna que toma contacto con los mismos”, alertaron.

Ante esto, desde la ONG enviaron una nota al Ministerio de Ambiente y Cambio Climático de la provincia dinformando sobre la irregularidad y solicitando iniciar una investigación. También se envió una nota y un pedido de información a la Municipalidad para saber el grado de conocimiento del Ejecutivo al respecto.

Datos

Ambientalistas subrayaron que actualmente la ciudad entierra cerca de 300 mil toneladas de residuos por año en el basural de Ricardone, un 25% más que cuando se aprobó la ordenanza Basura Cero en el año 2008, incumpliendo las metas de disminución allí establecidas. 

Si bien más de 10 localidades del área metropolitana envían sus residuos a Ricardone, la ciudad de Rosario es la que más ha contribuido al crecimiento de esta montaña de basura.