Hace 71 años, un 26 de julio de 1952 Eva, Evita, la abanderada de los humildes, la jefa espiritual de la Nación, dejaba este mundo. Pero antes de ser todo esto, Eva fue una adolescente que migró de su ciudad de Junín para embarcarse en el sueño de ser actriz. Una carrera cuestionada en ese momento, por ser considerada por los sectores pudientes como un ámbito de libertinaje, pero que le permite a Eva afirmar su independencia y posicionarse como una trabajadora en un momento en las posibilidades para las mujeres eran reducidas. 

La entrada de Eva al mundo del cine se produce en la época de oro de la industria audiovisual argentina. Un verdadero sistema de actores de renombres, músicos y directores se suceden fomentados por el último avance técnico: el cine sonoro. La barrera idiomática permite en estos años un despunte inusitado frente a las producciones yanquis y se elogra consolidar una industria local. 

A los 17 años, bajo la dirección de Alberto Etchebehere, uno de los más destacados directores de fotografía de la época de oro del cine argentino, Eva Duarte debutó en ¡Segundos afuera!, en un pequeño papel, junto a Pedro Quartucci y Luis Sandrini. Sus apariciones siguieron en los años siguientes con breves intervenciones en La carga de los valientes (Adelqui Millar, 1940), Una novia en apuros (John Reinhardt, 1941) y El más infeliz del pueblo (Luis José Bayón Herrera, 1941). Todo esto se describe en el libro “Evita bajo el lente cinematográfico”, de Ernesto Babino.

A la par Eva iba edificando una carrera artística en los escenarios teatrales y en el radioteatro. Sin embargo Eva nunca se consideró una buena actriz, sí una insistente trabajadora en su deseo. “En cine, mala. En teatro, mediocre. En radio, pasable”, así se describía Eva.

En 1945, parecía empezar a vislumbrar su ansiado sueño de convertirse en una estrella del cine argentino al conseguir un papel de mayor relevancia en La cabalgata del circo, bajo la batuta de Mario Soffici, uno de los directores más importantes de entonces, acompañando a dos grandes figuras del canto y la actuación: Libertad Lamarque y Hugo del Carril, símbolos de los años que vendrían: una, enemistada con Evita y exiliada en tiempos del peronismo, el otro, la voz de la marcha peronista y prohibido tras la caída de Perón.

Eva quedó tan conforme con el trabajo de su director, Mario Soffici, que lo eligió para encabezar el equipo de su siguiente largometraje. “La pródiga” tenía destino de definitiva consagración, pero los tiempos políticos que se vivían en Argentina, marcaron otro final. María Eva Duarte, como aparece en los créditos, fue la protagonista excluyente de un film que con el paso de los años parecía ser portador de algunos elementos premonitorios. Una mujer sin títulos, cuyo principal amparo fue la gente humilde de su estancia a quien le entregó su fortuna y que muere temprana y trágicamente.

La película se terminó de filmar en octubre de 1945, el mismo mes en que encarcelan a Perón a quien Evita ya había decidido acompañar ante todo. Tras el arresto del general, entre el 13 y el 15 Eva se dedicaría a contactarse con abogados, militares, políticos y sindicalistas a fin de que alguien interpusiera el Habeas Corpus para que le den la libertad. De esas comunicaciones también se empiezan a esbozar las movilizaciones que el 17 de octubre de 1945 tomarían la plaza. “Era el subsuelo de la patria sublevado” escribiría en una célebre crónica Scalabrini Ortiz. Evita asomaba así al papel más importante de su vida. 

Lanzado la carrera política que convertiría a Perón en presidente en 1946, se consideró que no era conveniente un estreno que mostrase a Eva en el papel de una mujer liberal. Ya demasiado había con lo que se comentaba de ella en los salones de la oligarquía, el desprecio de la elite militar y la mala fama que implicaba en ese entonces ser parte del espectáculo. El estreno de La pródiga se detuvo. Empezaba a construirse en torno de Eva una discursividad política que la ubicaría como el cuerpo privilegiado del régimen peronista.

Uno de los tantos mitos entorno a la película afirma que Perón ordenó destruir todas las cintas. Sin embargo, cuenta la historia que una copia fue escondida en Montevideo, lo que permitió su estreno casi 40 años más tarde, en 1984. Hoy se puede ver en Youtube a todo color. 

LA PRODIGA -1945-Eva Duarte