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Macri está haciendo las cosas bien. Si no, sólo hace falta ver lo que pasó en Cresta Roja, donde el presidente ratificó el veto a la ley antidespidos sancionada por el Congreso de la Nación. Macri está haciendo las cosas bien, según su criterio. Por eso eligió para el anuncio un lugar que él y su gobierno consideran ejemplo del mundo laboral argentino. Por eso Cresta Roja, por que ahí se reincorporaron sólo 1.500 de los 3.200 obreros despedidos, porque los trabajadores que acompañaron al presidente en ese acto, están precarizados con contratos de 180 días y porque al momento de posar detrás de Macri y la gobernadora María Eugenia Vidal con caras de honda preocupación, esos mismos trabajadores estaban de paro en reclamo de atrasos salariales.

Pablo Micheli de la CTA autónoma fue el que lo dijo con todas las letras: “Fue una provocación de Macri hacer el anuncio en esa fábrica”. Sin embargo, parece más un correlato, una ratificación de las políticas públicas referidas al empleo. Está en línea con la carpeta que el ministro de Trabajo, Jorge Triaca llevó al Consejo del Salario con las propuestas de incorporar la productividad y el presentismo en los regímenes laborales del país. El intento de una flexibilización laboral de hecho, sin pasar por el parlamento, por decreto. La productividad para la meritocracia que tanto pregona este gobierno y el presentismo para atenazar a los trabajadores que quieran hacer huelga junto con su gremio. Como lo hizo en los ’90 en la provincia de Santa Fe durante el gobierno de Carlos Reutemann, el ministro Bondesío con los docentes.

“A esas ideas las tumbamos en la reunión del Consejo del Salario. Si insistían con eso, nos íbamos del encuentro”, le dijo a Sí 98.9 el titular de la CTA Hugo Yasky. Para este y otros dirigentes sindicales consultados –entre ellos varios del Movimiento Sindical Rosarino- no caben dudas de que Macri y su gobierno avanzan hacia una flexibilización laboral. Por su puesto no van a usar esos términos ya gastados y desprestigiados por la “Banelco” de Flamarique en los 2000, pero ya se les ocurrirá algún otro eufemismo que pueda esconder las verdaderas intenciones. “No van poder, el sindicalismo es fuerte en la Argentina”, agregó Yasky.

El presidente Macri prometió que si el Congreso sancionaba la ley antidespidos la vetaría, y así lo hizo. Las centrales sindicales también habían prometido que irían al paro general si se producía ese veto. Ahora la pelota está en el campo del movimiento obrero organizado.