El empleo privado registrado, en picada
Hasta fines de febrero de 2016, el empleo registrado en el sector privado había caído en 62.555 mujeres y hombres respecto de los guarismos promedio del mes de noviembre de 2015, es decir el 1% de esa franja de empleadores. A las 20:30 del pasado viernes 17 de junio, raramente en día feriado, la Afip publicó en su página web la actualización de datos que surgen de las declaraciones juradas mensuales de los empleadores adheridos al sistema integrado previsional argentino (Sipa).
El último boletín pertenece al mes de febrero de 2016 y si bien puede intuirse la marcha del comportamiento del empleo en los meses subsiguientes, al menos permite despejar toda duda sobre lo ocurrido en el mercado de trabajo registrado porque se trata de información oficial. El empleo registrado total del Sipa cayó en 63.593, lo cual dice entonces que el resto de los empleadores adheridos al régimen nacional que son estados como el nacional, la C.A.B.A. más un conjunto de estados provinciales y municipales, vieron caer el empleo en sólo 1.038 personas.
Lo ocurrido dentro del sector público es muy sencillo de explicar: el gobierno nacional que generó en los primeros meses un masivo cese de contratos y despidos por varios miles, sustituyó la grasa militante por la crema militante. Si bien puede ser aburrida como lectura, el Boletín Oficial da cuenta de miles de designaciones y creación de nuevos cargos desde el día 11 de diciembre. Por ser ese día el nacional del tango, pareciera que la tendencia será 2 x 4, cada dos despidos se crearán cuatro nuevos puestos y con remuneraciones ostensiblemente superiores. Volviendo a los números del empleo privado, el cuadro muestra la composición de cada una de las franjas que componen ese segmento, clasificadas por el número de trabajadores ocupados.
Claramente, los empleadores con hasta 40 trabajadores ocupados -es decir las micro y pequeñas empresas- han hecho en los primeros meses el esfuerzo de sostener el empleo, lo cual difícilmente se repita hacia delante de no mediar un cambio de rumbo en la política económica. Puede llamar la atención que las empresas que emplean entre 1501 y 5000 trabajadores hayan crecido en la ocupación: es sólo sensación térmica porque se trata de empresas que poseían más de 5000 y se redujeron en sus plantas. Los casos son bien conocidos: tienen nombre, apellido, domicilio y número de CUIT. Con fuente en los mismos boletines puede verse qué pasó con el empleo privado desde enero de 2012, el comienzo de los citados cuatro años de estancamiento y retroceso según los decires del gobierno entrante. Y si bien puede percibirse el impacto de la caída del empleo a mediados de 2012 y de 2014, la tendencia ha sido creciente hasta el cambio presidencial. Por el contrario, la felicidad contenida en los globos amarillos es parejita en su destino: la caída del empleo se perfila como dominante, sin computar –debido al apagón estadístico- el comportamiento del empleo no registrado y el gris.