“A nivel nacional desde el año 2000 se han documentado 102 casos. Hay información sobre extracción de periodistas mexicanos en situaciones de alto riesgo que, por su seguridad, nadie sabe dónde están”. El periodista y docente Luis Castrillón analiza en fenómeno criminal que azota en México en el que los periodistas están en la mira. El crimen del fotoperiodista Rubén Espinosa que ocurrió en el Distrito Federal acaparó las tapas de los diarios, los horarios centrales de los noticieros y generó marchas en distintas ciudades del país. Castrillón sostiene que “la reacción no ha sido similar a otros hechos donde, por ejemplo, en las protestas, se involucran más grupos de diversas afinidades e intereses sociales y políticas.Creo que ha llamado más la atención por el escándalo del tipo de multihomicidio, por la zona donde ocurrió en el Distrito Federal, considerada de bajo nivel de violencia. También hay que señalar que, en medio de los niveles de violencia que existen en otros estados como Guerrero, Chihuahua, Sinaloa, Tamaulipas, Veracruz, entre otros, existe una percepción, extraña o muy desinformada para mi gusto, de “seguridad y tranquilidad” en el DF”.

Sin protocolos y repercusiones

La ausencia de un protocolo consensuado es una debilidad a la hora de tomar decisiones conjuntas. Para Castrillón es esencial que se abra la discusión sobre el ejercicio del periodismo en México y particularmente en Veracruz. “El debate sobre protocolos de protección entre periodistas y con los medios informativos en los que trabajan o con los que colaboran, la función del mecanismo de protección de periodistas en México, que es casi inútil. Otra sería la forma en la que pudiera impactar o no en el gobierno de Veracruz, encabezado por Javier Duarte de Ochoa”.

La relevancia de un crimen múltiple

El cuerpo de Rubén Espinosa fue hallado en un departamento de la Ciudad de México, junto con el de otras cuatro mujeres. Todos mostraban señales de tortura.Castrillón insiste en que hay una cuestión de percepción sobre la violencia en el Distrito Federal en comparación con otros estados. “A eso agreguemos que hay un periodista muerto. El tema se convierte en agenda inmediatamente para los medios, ya sea para registrar, analizar, reclamar o incluso tratar de escandalizar. La información publicada va desde la simple nota roja, hasta la exhibición de fotografías de Rubén, Nadia, Yesenia, Alejandra y Mile en donde murieron, con todo lo que ello implica al exponerlos”.

“La relevancia del asesinato de ellos cinco está en el análisis de lo que está exhibiendo en forma posterior, pone a pensar en todo esto: el nivel de violencia e inseguridad alcanzado en México, la ausencia de costos políticos para los gobernantes de hechos relacionados con la omisión de su responsabilidad de garantizar seguridad a los ciudadanos que son sus mandantes; la forma desfachatada de hacer periodismo para ganar espacios y rating, y por ende mejorar ganancias y también algo que me parece muy grave: no hay protocolos para tratar el tema de los periodistas amenazados. Rubén estuvo dando entrevistas en varios medios cuando ya estaba en el Distrito Federal.Eso lleva a pensarlo bien, a hacer un ejercicio de reflexión muy amplio: ¿Debemos entrevistar abiertamente a un reportero amenazado o que siente que lo está? ¿Mostrarlo al público abiertamente para que denuncie y reclame? ¿Cuál es el riesgo para él y para quien lo entrevista? Creo que no debió haberse hecho, de eso estoy convencido. Hoy hay suficiente información para afirmar que existe una persecución contra quienes ejercen el periodismo relacionado con la seguridad y el crimen organizado en México. Hay suficientes muertos como para evidenciar sin necesidad que salga un reportero más a decir “a mí me persiguen, mírenme” y para que otro periodista diga “miren, yo fui el último en entrevistarlo”.

Los comienzos

“Hay datos desde la década de los 70, con amenazas en la época de la llamada “Guerra Sucia”, cuando el gobierno sí que tenía una actitud represora en México. Luego está el caso de Manuel Buendía, asesinado en mayo de 1984. Era un columnista muy bien informado, de cuya muerte se responsabiliza a lazos criminales entre el gobierno federal y narcotraficantes. Como sucede ahora también, hay un culpable material, uno intelectual y otro que en nuestro imaginario colectivo no alcanza nunca a queda claro, pero que apunta a la función pública”, rememora Castrillón. “En el caso de Buendía se habla de una persona que no fue detenida, como autor material, pero se detuvo, procesó y sentenció a José Antonio Zorrilla Pérez director de la Dirección Federal de Seguridad, en el gobierno de Miguel de la Madrid, por el homicidio”.

¿Veracruz es la zona más violenta de México?

Castrillón no especifica una razón para explicar por qué el estado de Veracruz se ha transformado en la zona más violenta de México, incluso de la mayor cantidad de periodistas amenazados y asesinados. “Toda la evidencia apunta a una clara omisión del gobierno de esa entidad para brindar condiciones de seguridad a cualquiera de sus ciudadanos, no solo es a los periodistas. En Veracruz el índice de secuestros es de los más altos del país, solo por citar un ejemplo de una inseguridad general.Lo que sí es un hecho contundente es que es la región del mundo con más periodistas muertos. Así, contundente: no hay ninguna demarcación geográfica en el mundo que bajo una misma administración gubernamental haya enfrentado más de una decena de periodistas asesinados: 14 en total incluyendo a Rubén Espinosa”.

Hace tres años Castrillón entrevistó a Carlos Lauría,  director de la Oficina para América del Comité para la Protección de Periodistas de Nueva York. En todo momento, y en un par de charlas posteriores, siempre manifestó una enorme preocupación por el tema de México y el riesgo para los periodistas. “Veracruz era un punto que veíamos incluso con mayor preocupación. Y mira lo que ha ocurrido de esas fechas hasta ahora: 14 periodistas muertos.

El jueves 13 de agosto falleció otro trabajador de prensa en una balacera en la que fue asesinado un “jefe de plaza” del cártel de los “Z” en un centro nocturno en el municipio de Orizaba, Veracruz. El periodista se llamaba Juan Heriberto Santos Cabrera.La información oficial está casi incriminándolo, mediante la afirmación de que estaba en la misma mesa que los que se identifica como integrantes de ese cártel”.

En 2011 el analista mexicano documentó, vía fuentes que se omitieron, la presencia del crimen organizado en las redacciones de medios, ya sea cooptando mediante dinero a algunos directivos o reporteros, hasta prácticamente infiltrados que hacían y hacen labor de ver quién está publicando algo que pueda afectarles directamente o  a sus relaciones. “De esa investigación, el tema que siempre me llamó más la atención fue Veracruz, por la preocupación de quienes me hablaron sobre el tema en esa entidad”.

https://s3.amazonaws.com/uploads.knightlab.com/storymapjs/60e6d8b3af907708af4607ea9843943b/veracruz-la-ruta-de-la-impunidad/index.html

Pasos que se deberían seguir para la protección de periodistas

Castrillón considera que lo primero que debe hacer un periodista amenazado es acudir con las organizaciones que han demostrado hacer un trabajo eficiente en estos casos. “Desde dónde me ha tocado ver directamente creo que la labor de ongs como FreedomHouse y el CPJ son las más eficientes. Artículo XIX documenta, aboga, ha organizado algunos cursos, pero no le veo el mismo nivel que las anteriores. Periodistas de a Pie es un grupo de gente de medios informativos muy metida en el tema y que también están al pendiente.

Han buscado las formas de documentar con más fuerza y empeño, pero no tienen las herramientas para proteger directamente. Lo que sí pueden hacer es orientar a quien sienta que está en peligro. Y de principio, si estás amenazado no hay que dar entrevistas o al menos no abiertamente”.

En ascenso

“El incremento que llama tanto la atención ahora está relacionado directamente con el aumento de la violencia en México cuando la guerra entre cárteles y contra el Estado Mexicano que puede decirse que tiene un punto de partida en los últimos dos años del gobierno de Vicente Fox Quesada -2000-2006-, crece durante la administración de Felipe Calderón Hinojosa -2006-2012- y sigue vigente en el actual sexenio que encabeza Enrique Peña Nieto. El hito lo ha marcado Veracruz”, remata el periodista y docente.