El domingo a la mañana dos policías mataron a un muchacho de 25 años en zona noroeste. Según declararon los uniformados ante los investigadores del caso, le dispararon luego de que él los atacara, durante un asalto en la zona del puente del Bosque de los Constituyentes. Esta teoría fue reproducida por todos los medios rosarinos; pero con el correr de las horas, familiares de la víctima dieron una versión muy diferente de los hechos. Así se pudo conocer la historia de Carlos, un laburante que vivía en un barrio pobre, quien, según testigos, fue rematado a sangre fría.

A las 10 de la mañana del domingo todos los medios parecían reflejar un “caso cerrado”.  No había lugar a dudas: A Carlos Godoy, de 25 años, lo habían matado dos policías, luego de que él y otro muchacho intentaran robarles, cuando pasaban en moto por Puente Negro. Ya estaba todo resuelto: el hecho, las circunstancias, las supuestas víctimas y los presuntos victimarios. Todo se basaba en lo que habían declarado J.B,  un efectivo que trabaja en Comando Radioeléctrico, y D.S , un uniformado que cumple funciones en Seguridad Vial, ante los investigadores del hecho.

De acuerdo con la versión oficial,  J.V y D.S se encontraron el domingo a la mañana para ir juntos a trabajar. A eso de las 7.30 pasaban con sus motos por Puente Negro (el viaducto ubicado sobre calle Sorrento, entre el bosque de los constituyentes y barrio Ludueña, detrás del supermercado Micropack), cuando dos muchachos tiraron un tronco sobre la calle, los detuvieron y, con un arma de fuego, pretendieron  robarles. Ante esta situación, los uniformados reaccionaron y se identificaron como miembros de la Unidad Regional II. El dúo de ladrones se sobresaltó, reaccionó y se originó un tiroteo en el que fueron baleados los dos supuestos ladrones: uno de ellos logró escapar y Carlos cayó mal herido, rodando por la barranca.

 

 

Siempre según la declaración de los supuestos asaltados, cuando ellos fueron a ver en qué condiciones estaba Carlos, lo encontraron ya sin vida. Entre sus pertenencias le secuestraron un arma calibre 22 milímetros. A su vez, uno de los policías dijo haber recibido dos tiros en el pecho durante el presunto enfrentamiento, que no lo lesionaron porque llevaba puesto su chaleco antibalas.

Este fue el relato que todos los medios tomaron como válido. Resumiendo: ladrón muerto en enfrentamiento. Se afirmaba un hecho; condenando a Carlos Godoy, justificando a su vez a sus verdugos.

Sin embargo, había otra versión de lo ocurrido, otra presunta verdad que debía ser reflejada. De acuerdo con lo que contaron a Rosarioplus.com Deolina y Vicente, los padres de Godoy, su hijo fue baleado por error y rematado por el dúo de uniformados. “Carlitos venía de la casa de su suegra, donde se había quedado a dormir. Por lo que dicen en el barrio hubo un intento de asalto; pero él pasaba por el lugar de casualidad, no tenía nada que ver”, explicaron.

Según la versión de Vicente, Carlos fue confundido con uno de los ladrones. En medio de los tiros, un plomo le pegó en el cuerpo y cayó por la barranca de Puente Negro. Trastabillando, logró ponerse en pie y caminar unos metros más para intentar escapar de J.V y D.S; pero no lo logró. Fue alcanzado por el dúo de uniformados, quienes lo remataron en el piso con varios tiros a quemarropa, cuando el muchacho se encontraba indefenso. “Después de tirarle, uno de los milicos se puso un guante de goma, sacó un arma de su mochila y se la puso en la mano al Carlitos. Además, mientras lo hacían, amenazaban a los vecinos de la zona. Incluso persiguieron gente hasta adentro de sus ranchos”, contó indignada una familiar de Carlos Godoy.

Según vecinos de barrio Ludueña, el muchacho asesinado era muy querido por todos. Tenía dos trabajos, un nene de 3 años y nunca había caído preso. “Es imposible que él se haya metido en un robo. Cuando lo agarraron los milicos tenía en el bolsillo su documento, un recibo de sueldo y la tarjeta de crédito. Además le tenía miedo a todo, era mamengo; una vez se cayó de la moto, lo tuvimos que internar y yo estuve 20 días en el hospital con él, porque le tenía miedo a las agujas y no se quería quedar solo”,  explicó Deolina.

Los padres de Carlos Godoy son pastores evangélicos y sufrieron cada uno de los titulares que leyeron en los medios. De acuerdo con su filosofía de vida, la muerte es algo natural, pero la honradez es algo que trasciende en el tiempo. Por ello la condena anticipada que sufrió Carlitos fue tan terrible como las balas que lo mataron.

En medio de estas dos versiones, el Fiscal de Homicidios Dolosos Miguel Moreno pidió 30 días para intentar dilucidar qué fue lo que ocurrió en Puente Negro el domingo pasado. Durante toda la semana vecinos, parientes, empleadores y amigos de Carlos Godoy se acercaron a las oficinas de los investigadores para contar lo que saben sobre el caso.

De todas maneras, hasta el momento en que fue escrita esta nota, no estaba claro en que condiciones murió Carlitos Godoy.