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Los habitantes de las localidades del norte santafesino ya pueden descansar tranquilos, o al menos empezar a indagar en este descubrimiento. Una solución para la plaga de langostas parece estar cerca. Un equipo de médicos, ingenieros y técnicos desarrollistas diseñó un nuevo sistema de ondas electromagnéticas para combatir las plagas de insectos que afectan la calidad de frutas, verduras y hortalizas.

Además, el nuevo sistema de ondas permite la recuperación de los suelos dañados por la contaminación de productos químicos, de manera paulatina.

El sistema fue presentado en la Cámara de Fruticultores de Villa Regina, Río Negro, "con el objetivo de combatir la plaga de la Carpocapsa", que afecta la calidad de peras y manzanas en las regiones productoras del Alto Valle provincial, indicó el investigador Juan Guizzetti en diálogo con Télam.

Por otra parte, hace algunas semanas, dos grandes mangas de langostas atacaron desde hace unos días la zona rural de Santiago del Estero, Chaco y también el norte de Santa Fe.

El sistema "es de cero contaminación en todos los pasos del nivel agro cultural; desde la siembra hasta la cosecha del alimento envasado o no para ser exportado", aseguró el profesional.

Trabaja con irradiación de ondas electromagnéticas de muy bajo voltaje, "de 20 a 30 milésimas de voltios que se colocan en los irradiadores de campo sobre por ejemplo terrenos llanos, y cada uno de ellos puede llegar a irradiar hasta 500 hectáreas", precisó.

En la actualidad "el sistema se encuentra funcionando en un viñedo y en cuatro chacras grandes desde hace dos meses, que es el ciclo adecuado para poder combatir la plaga, con el objetivo de llegar a Carpocapsa cero, en el período de la próxima cosecha", dijo Guizzetti.

El sistema, que trabaja de forma paulatina y autónoma, consiste en "una columna de plástico de tres metros de largo con antena, y entre la diferencia de la electricidad de la atmósfera y de la tierra se carga sola, trabajando de forma continua y permanente".

En el insecto actúa como repelente, y en esta oportunidad "se trabaja sobre la Carpocapsa para repelerla a áreas periféricas y que después el medio ambiente la equilibre".

Los primeros huevos de la Carpocapsa eclosionan habiendo calor desde julio para adelante, "pero nosotros podemos certificar en los lugares que ya se han colocado que existirá un 100% de repelencia, logrando mejor calidad en las características de la fruta", explicó.

(Fuente: Télam)