La firma surcoreana, Samsung Electronics, pidió este lunes en un comunicado a los dueños del celular Galaxy Note 7 que apaguen el equipo en forma inmediata y dejen de usarlo. A su vez suspendió lo que sería la producción, decisión que llegó a raíz de conocerse en la última semana varios casos en los que los celulares que la empresa había entregado como reemplazo de los primeros aparatos defectuosos también se habían incendiado.

De hecho, las principales operadoras telefónicas en los Estados Unidos y también en Australia han suspendido lo que serían las ventas y las sustituciones de los Notes 7, mientras que por su parte, las grandes aerolíneas siguen prohibiendo a los usuarios utilizar estos teléfonos en cabina, luego de que uno de estos dispositivos lamentablemente forzara la completa evacuación de un avión de pasajeros la semana pasada en los Estados Unidos.

Por esta cancelación definitiva de la producción del Galaxy Note 7 se calcula que Samsung podría dejar de vender en torno a unos 20 millones de teléfonos previstos inicialmente, lo que le supondría dejar de ingresar hasta 15.300 millones de euros/17.000 millones de dólares.

Los nuevos incendios reportados en los teléfonos que sustituían a dispositivos con fallas que se habían retirado del mercado, suponen un desastre para el mayor fabricante de teléfonos inteligentes del mundo (Samsung) y también le dan a entender al mundo entero, que no han solucionado un problema que lamentablemente ha manchado la reputación de su marca y que amenaza con poder descarrilar lo que sería la recuperación de su negocio de los smartphones.