__tadevel:head__

Los recursos energéticos son limitados, y es por eso que cada vez más países cuentan con un sistema para usos más racionales de su energía. La provincia de Santa Fe será la primera en instalar un sistema de etiquetado de eficiencia en los hogares, y Rosario será su ciudad piloto, para luego implementar una ley que la establezca en toda la provincia.

De esta forma, una especie de tabla de colores, como las que lleva cada electrodoméstico de línea blanca, permitirá a 500 hogares rosarinos conocer el modo de su consumo energético. Más puntualmente, se trata de calcular cuánto gasta un hogar por hora en kilovatios, sumando el uso permanente de la iluminación, heladera, televisores, computadoras, lavarropas, sistemas de calefacción y refrigeración, para calificarlo de la A (más sustentable) a la G (menos).

Es que “conocer el nivel de eficiencia energética de una vivienda es esencial para aprender a reducir sus consumos, mejorar la habitabilidad y cuidar el medioambiente”, explicaron sus impulsores desde la Secretaría de Estado de la Energía.

Para conseguir instalar este sistema de certificación de eficiencia energética destinado a las viviendas, la Provincia se sirvió del ejemplo que desde hace 40 años viene implementando Alemania, a partir de la crisis del petróleo que dejó en jaque al 80 por ciento de hogares que basaban sus sistemas de calefacción con petróleo importado.

Es por eso que desde hace un mes Santa Fe cuenta con la asesoría del ingeniero de planificación urbana Richard Frenkel, uno de los muchos que trabajó en la adaptación de los edificios de Alemania al etiquetado energético durante 30 años, en el instituto Senior Experten Service.

Oriundo de la ciudad de Heilderberg, Frenkel colabora con la puesta de este programa que es pionero en el país y ya se está implementando durante el primer semestre de este año, que certificará la licencia energética de hogares, en una sinergia conjunta que incluye también al Ministerio de Energía de la Nación, y el beneplácito de los colegios de profesionales de ingenieros, arquitectos y maestros mayores de obra.

Detalló que la planificación de etiquetado en viviendas que se viene, “en Alemania se basa en una ley llamada EnEV (una especie de norma ISO pero sólo de viviendas) para adaptar y limitar las energías de uso cotidiano en viviendas particulares y públicas, las que deberán publicar en su ingreso la etiqueta para público conocimiento”.

La mayoría de las casas en el país germano son antiguas (un 80%), y gastan 300 kw por hora, cuando las adaptadas a eficiencia energética gastan 70 kw por hora. La tecnología es muy avanzada, pero es paulatina la adaptación: “el saneamiento es de un 1 por ciento anual de las casas viejas, y el objetivo es aumentar a un 2 por ciento anual”.

La ley alemana establece que cada hogar debe tener un gasto de 100 kv por hora, y su energía se adapta a la red comunal. También busca reducir las energías primaria, secundaria y de las viviendas para remplazarlas por renovable, ya que “cabe recordar que hay formas posibles de aplicación de energías que se implementan en Alemania, como biogas, hidráulica, fotovoltaica o eólica.

Bajo esta ley, “si una persona quiere construir una casa nueva deberá implementar esta certificación con la cantidad de energía que necesita esa casa. En el mismo sentido, si el dueño la quiere vender o poner en alquiler, debe aplicar la etiqueta de consumo si es un hogar de más de cinco habitaciones”.

Las etiquetas dependen de las características edilicias de cómo fue construido, su calefacción, y una vez etiquetada la vivienda, los certificadores brindan una serie de recomendaciones para mejorar la eficiencia del hogar. Algunas de éstas suelen ser: aislar muros y techos, una nueva estufa a leña, ventanas con triple vidrio, paneles solares, caldera a gas. Una vivienda podrá pasar de consumir 21 mil kilovatios por año a 7 mil, bajando un 66 por ciento de gasto de energía.

Desde el Estado alemán colaboran los bancos públicos con créditos a propietarios, y las agencias de energía en promocionar este etiquetado desde las redes federales y comunales. Dena es la agencia pública, y es la que controla el proceso y lo va midiendo. En los municipios hay organizaciones que aconsejan a los consumidores, a modo de asesoría.

La ley alemana se viene también

El proyecto de ley que se presentará en la legislatura provincial prevé una exención en el sellado la escritura a modo de incentivo, así como una reducción en la alícuota del impuesto inmobiliario. “Cuando salga y la etiqueta sea instituida, ésta será reconocida por todos los Estados: todos los municipios de la provincia, así como la provincia misma y la Nación”.

El asesor de este proyecto en la provincia, el ingeniero Roque Stagnitta precisó: “La provincia viene trabajando en implementar esto, y el proyecto de ley instituye la etiqueta para viviendas planteando la obligatoriedad a la hora de hacer una escritura de dominio”.

De todas formas, en torno a esta obligatoriedad aclaró que “se piensa de forma progresiva, exigir el certificado antes que se haga la escritura, pero si el vendedor no quiere hacerlo se presume la proclase energética. O sea, se asume que la casa es ineficiente y su etiquetado será el de nivel más bajo (G), para no incurrir en costos ni trabas en una operación, porque quizás haya personas que no les interese participar”.

De esta forma la progresión será: sugerir, invitar, incentivar, y finalmente después de muchos años obligar. “Desde el gobierno vamos a sugerir el etiquetado, incentivar la tramitación, y para eso es importante que primero la gente lo demande y luego el mercado lo adopte, inquilinos lo pidan a la inmobiliaria, y eso va a traccionar a todo el mercado. Luego eso hará que los arquitectos incorporen la eficiencia energética, las constructoras lo implementen en la compra de materiales, y en muchísimos años se hablará de obligar o de multar”, adelantó a Rosarioplus.com.

A nivel público cuando el Estado construya viviendas sociales deberá implementar el etiquetado para dar el ejemplo a seguir, adelantó.

¿Por qué en Rosario primero?

La ciudad de Rosario cuenta con la ordenanza nº 8757, que es pionera en el país en reglamentar que toda construcción que supere los 2000m2 de superficie debe contar con el certificado de Aspectos higrotérmicos y eficiencia energética” para comenzar la construcción. Ésta regula el código de edificaciones para que incluya la eficiencia energética en cada nueva construcción, desde que fue aprobada en 2011. Es por eso la prueba piloto será en este "terreno fértil donde ya se hizo pie", revela Stagnitta.

Es que para hablar de eficiencia energética, hace falta poder cuantificar casos reales: “Si tenemos un dato numérico que dice qué es bueno y qué es malo, cualquier Estado podrá otorgar subsidios, inclusive los crediticios (de bancos estatales) para vivienda nueva o refacción”.

La inscripción de personas y familias interesadas en etiquetar sus hogares ya comenzó, y hay confirmados 210 hogares que en marzo serán visitados por etiquetadores. Una vez recabados los datos de cada hogar, servirán para configurar el proyecto de ley que se espera pare después de mitad de año. “Su implementación efectiva dependerá del trabajo parlamentario, así como del interés social y de cómo el mercado se ira acomodando a esto”, finalizó Stagnitta.