Sin dudas, las nuevas conexiones y los buscadores en red han revolucionado el modo en que la gente se informa. No sólo de noticias, sino de absolutamente todo. Incluso es la primera consulta que se hace, por razones de comodidad, ante ciertos síntomas que pueden o no estar delatando alguna enfermedad.

De hecho según encuestas realizadas a nivel global, cada vez son más las personas que googlean los síntomas de enfermedades, al punto que Internet pasó a ser la segunda fuente más consultada por temas de salud, potenciándose desde 2012 a la fecha. Obviamente, el médico sigue siendo la primera fuente y la más calificada en materia de salud.

Si bien esta práctica puede ser buena, también puede ocasionar algunas confusiones. Hay que ser cauto con lo que se lee y tratar de no perder la objetividad y el propio registro de lo que en verdad le pasa a nuestro cuerpo. Algo sin duda un poco difícil si se está preocupado y encima se topa en la búsqueda con alguna sorpresa no muy grata.

Hay algunos casos en que esta búsqueda se puede tornar de hecho, una enfermedad en sí misma ya que algunos profesionales de la salud ya hablan de los “ciberhipocondríacos”. Es decir, personas que buscan constantemente en Internet sobre problemas de salud, síntomas y enfermedades y creen estar teniéndolas.

La "ciberhipocondría" es un problema masivo, tanto así que el gobierno de Bélgica lanzó en 2014 una campaña para contrarrestar el problema y hacer conciencia, bajo el nombre de "Don't Google It".

Pero a no desesperar, la solución a esto es tan simple como consultar a profesionales de la salud y no auto-diagnosticarse con consultas en internet y mucho menos auto-medicarse a partir de las mismas.